Dani Alves rompió su silencio desde la cárcel, concediendo una entrevista al diario La Vanguardia.
El exfutbolista apela “a la conciencia” de la supuesta víctima de violación y resaltó que desde lo ocurrido en la noche del 31 de diciembre “no ha habido ni una sola noche en la que yo no haya dormido tranquilo”.
“Quiero que la gente sepa lo que pienso, que conozca la historia a partir de lo que yo viví aquella madrugada en aquel baño”. afirmó Alves, para quien todas las versiones que se han trasladado a la opinión pública desde la parte denunciante “no tienen nada que ver con lo que pasó.
Hasta ahora se ha explicado un relato muy asustadizo de miedo y terror que no tiene nada que ver con lo que yo hice”.
“No sé si ella tiene la conciencia tranquila y si duerme bien por las noches… Pero yo la perdono”, sostuvo, sentenciando que “nunca he hecho daño voluntariamente a nadie… Y aquella noche a ella tampoco”.
En su explicación el brasileño reveló cómo se produjeron, según él, los hechos: “Yo entré (en el baño) detrás de ella y ni cerré la puerta con pestillo.
La puerta estuvo abierta en todo momento y permanecí sentado prácticamente todo el rato sobre la tapa del water”, sin detallar más.
“Se me ocurre que hay alguien que la aconsejó mal, que se sintió mal después de hacerlo, dio un paso adelante y no ha sabido salir del lío en el que se ha metido y en el que me ha metido a mí”, sentenció, sosteniendo su inocencia de lo que se le acusa y afirmando que si a alguien tiene que pedirle perdón “es a mi mujer.
A la única persona que le tengo que pedir perdón es a Joana Sanz”.
“Aquella madrugada”, prosiguió en su relato Alves, “cuando la mujer con la que tengo el problema sale del baño detrás mío, me quedo un rato junto a mi mesa, no mucho porque era tarde.
Estaba con mi amigo Bruno y se me acerca otra gente antes de marcharme… Cuando me voy por el pasillo de salida he sabido, por las imágenes, que paso cerca de donde está la mujer llorando, pero yo no la vi.
Si la hubiera visto llorar me hubiera parado allí para preguntar qué pasaba y si en ese momento algún responsable de la discoteca me hubiera pedido que me esperara porque una joven aseguraba que yo le he había agredido sexualmente, yo no me voy a casa”.
“Esa misma noche me habría presentado en una comisaría para aclarar lo que ha pasado”, aseguró el brasileño, quien advirtió que supo de la denuncia “al día siguiente, creo.
Desde luego, allí nadie me dijo nada y me marché del Sutton (la discoteca) tranquilo”.
A partir de ahí Alves se fue a su casa. “Llegué a casa y me duché porque mi mujer dormía y yo me avergonzaba de mi infidelidad. Me enjaboné con rabia y me acosté en otra cama”, reveló, añadiendo que “a los dos días volvía a México para jugar y en algún medio se publicó que una joven me acusaba de agresión sexual.
Hablé con mi abogada Miraida Puentes y ella consultó con los Mossos y en los juzgados y me aseguró que no había ninguna denuncia y podía irme de España con toda la tranquilidad. Por eso me fui”.
Información de EPSN