En los foros, seminarios, simposios internacionales surge el debate sobre la vida “post pandemia” en los centros educativos, en la vigencia de los modelos educativos en curso, y en la forma en la que vamos a salir de este bache. ¿Conviene que las escuelas sigan con el mismo modelo educativo? ¿Todas las condiciones dadas en pandemia nos llevan al deterioro del proceso enseñanza-aprendizaje? ¿Quién aprendió? ¿Qué se enseñó? ¿Habrá algo que rescatar de lo vivido? ¿Todo fueron malas prácticas? ¿De dónde debemos partir?
Con respecto a los procesos inclusivos, la UNESCO, en el Informe de Seguimiento de Educación en el Mundo (GEM) 2020 hace un llamado al cambio una vez abiertas las escuelas, y destaca que el 40% de los países del mundo no han ayudado a los estudiantes en situaciones de riesgo, no se observa un sistema educativo enfocado a las necesidades del estudiantado, los niños, niñas y jóvenes se sienten “como un extraño” en la escuela y en el caso de México, Perú y Brasil se incrementó la desigualdad de culturas indígenas.
En relación con la continuidad educativa, UNESCO dio a conocer los resultados de la encuesta “A un año del comienzo de la pandemia: continuidad educativa y evaluación en América Latina y el Caribe en 2021” en donde Nicaragua se reconoce como el único país que logró mantener las clases presenciales y alcanzar una cobertura similar a la que habían tenido antes de la pandemia. En el resto de los países, los problemas de conectividad y seguimiento detuvieron de forma anticipada el año escolar. Argentina, Colombia, El Salvador y Guatemala obtuvieron los aprendizajes esperados gracias a la priorización curricular, a la educación simplificada, tema del que hemos hablado y acción que hemos sugerido en columnas anteriores.
México, Honduras y Perú pertenecen a los países que cerraron las escuelas de manera prolongada a diferencia de Cuba y Uruguay que cerraron 3 meses, Panamá cerró 6 meses.
Con respecto a los criterios que determinan la apertura de las escuelas en América Latina se encuentran el cumplimiento de protocolos, los criterios geográficos y sanitarios y el sistema por turnos. Este último, la bimodalidad, se refiere a abrir la escuela en dos horarios o dos periodos para no saturar la capacidad mínima estipulada y recomendada por los organismos sanitarios, así como el uso de los semáforos los cuales dependen de los niveles de ocupación de camas, contagio, entre otros, de cada comunidad.
Las acciones mencionadas tienen como objetivo la continuidad de los aprendizajes, sin embargo, la decisión de enviar o no hijos e hijas a las escuelas sigue siendo de las familias, entonces, ¿se puede trabajar de forma bimodal? Ese es el principal reto de la educación para el año que estamos por terminar y el desafío del año 2022 ya que la asistencia es voluntaria (Panamá es el único país que convocó a clases presenciales obligatorias), Argentina, Bolivia y Brasil sostienen criterios para justificar asistencias, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay, República Dominicana y México establecen asistencia voluntaria.
La asistencia voluntaria obliga a los países comprometidos a ofrecer modalidades de educación hibrida, bimodal o a distancia, esta última la más popular entro los países, es decir, se menciona como principal seguimiento a los y las estudiantes cuadernillos, libros e información impresa y particularmente en el caso de México, el uso de los medios masivos de comunicación, la televisión y la radio. La grabación de las clases presenciales y el acceso a las plataformas de asistencia remota es un beneficio de muy pocos debido a la falta de infraestructura necesaria, la falta de los elementos mínimos necesarios para resguardar la salud (mascarillas gel anti bacterial, entre otros).
Pero si ya se han aplicado millones de vacunas ¿por qué no hemos vuelto a la presencialidad? La falta de infraestructura en las escuelas, baños insuficientes, salones pequeños no cumplen con los criterios de los organismos de la salud; la resistencia por parte de los directivos y las y los docentes también es una de las mayores implicaciones que han pasado el retorno, no se han logrado avances sanitarios necesarios como el aumento del índice de positividad y vacunación además faltan elementos de protección y seguridad en las instituciones. La resistencia por parte de la opinión pública es también un factor importante, así como la resistencia por parte de la familia.
El aspecto de los currículos en los sistemas educativos es muy importante para el retorno, se han reportado una nueva situación educativa por regiones que dejan en evidencia la falta de cobertura en tema de TIC, los planes de estudio están sobre cargados de contenidos y su diseño es poco flexible para las necesidades actuales pos-pandemia y pandemia, en este sentido algunos países están ya trabajando en adaptaciones de sus currículos para una pronta reincorporación. Once países hicieron cambios para los años 2020 y 2021, estos cambios tienen que ver directamente con la priorización de contenidos.
Referencia:
UNESCO (2020): Sistemas educativos de América Latina en respuesta a la Covid-19: Continuidad educativa y evaluación. Análisis desde la evidencia del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE). Disponible en línea en https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000374018.
Tabilo Prieto, Ismael. (2020). Informe GEM 2020 América Latina y el Caribe- Inclusión y educación: Todos y todas sin excepción.
