Hermosillo, Sonora.- Mauricio salió de Chiapas a bordo de un camión que se quedó tirado a medio camino. Le tomó días llegar a su destino, pero en su mente solo tenía una idea: estar en Sonora y encontrar algo distinto. La Costa de Hermosillo era el lugar que le habían contado que tenía trabajo en la cosecha de hortalizas en los campos agrícolas. Él tenía 18 años recién cumplidos y un certificado de preparatoria concluida.
Mauricio Santiz es un joven tsotsil, ahora de 21 años, originario de Pajaltón Alto, comunidad ubicada a una hora de distancia de San Juan Chamula, Chiapas. Se fue de allí porque no hubo posibilidades de abrirse camino en la música y las leyes, sus pasiones, pero fue acá en Sonora que se reencontró con ambas.
En el campo donde llegó a trabajar conoció al equipo de Sociedad Activa, dedicado al ofrecimiento de programas educativos para concluir la escolaridad básica y media superior con las y los trabajadores agrícolas, además de talleres y actividades artísticas y culturales.
Ellos impulsaron a Mauricio a continuar con sus estudios y, después de mucho esfuerzo, hoy fue aceptado en dos licenciaturas en la Universidad de Sonora: Derecho y Artes. Elegirá las leyes, pues desea volver a su pueblo para trabajar en la defensa de las personas ante los abusos, la discriminación y las injusticias. Mauricio ya es el primer joven de su comunidad en salir para estudiar una carrera en otro estado.
“Yo quiero ingresar a la licenciatura de derecho para ayudar a mi comunidad y a otras personas que requieran de esa ayuda”, dijo Mauricio, “porque al ser indígenas no tenemos los mismos conocimientos, con el simple hecho de hablar el español… de hecho, yo aprendí a hablar el español a los 12 o 13 años”.
Mauricio viene de una familia grande, con un padre y una madre dedicados a la agricultura.
“Mi papá trabaja de agricultor sembrando papas”, contó, “yo pasé casi toda mi vida sembrando y creo que eso es lo que no puedo cambiar, de dónde soy y las acciones que hago, yo sé que en algún momento tendré que regresar y hacer mi vida ahí”.
En la Costa de Hermosillo, Mauricio trabajaba en el campo de siete de la mañana a cuatro de la tarde. Aunque estaba cansado hacía el esfuerzo de llegar a los talleres de artes. Era tímido, pero lo motivaron a seguir practicando, hasta escribir su primera canción en tsotsil y tocar la guitarra en su graduación. Ahora ya se ha presentado frente a mil personas en un festival.
“Lo primero que me llamó la atención fue la música, porque desde niño tenía ese sueño de ser un cantautor, componer canciones”, narró Mauricio, “pero como yo estaba en Chiapas nunca tuve la oportunidad de hacer eso, porque no contaba con instrumento y no hubo apoyo, y fue donde definitivamente dije no voy a llegar a nada… cuando yo llegué a los campos como que algo revivió en mí y sentí esa atracción”.
Mauricio empezó a destacar y lo identificaron como un joven tenaz, constante, disciplinado y carismático. De los 50 que empezaron en su grupo, solo siete terminaron el proceso y se graduaron. En ese momento fue cuando a Mau le propusieron continuar su educación superior.
Sin embargo, antes del inicio de la pandemia, en septiembre de 2019, Mauricio tuvo que dejar Sonora y volver a Chiapas para cumplir con el servicio social de su comunidad: fue nombrado integrante de la sociedad de padres de familia y tenía que trabajar en beneficio de las niñas y los niños de su pueblo. En aquel tiempo pensó que tendría que desistir de sus aspiraciones de estudiar, pero no se rindió porque vio que las necesidades eran mayores.
“Iba a darme por vencido, ¿Para qué decir que no? Por haberme dado cuenta de muchas cosas”, continuó, “cuando yo estuve en el servicio me di cuenta, por ejemplo, de la discriminación hacia los indígenas y la falta de conocimientos, de las estafas… llegan estafadores y se nos dificulta comunicarnos correctamente con una persona de la ciudad, y fue donde dije: si no rompo esa barrera, vamos a seguir teniendo esos problemas, fue donde decidí regresar nuevamente y entrar a la universidad”.
Mauricio pudo volver y fue bienvenido en Hermosillo. Erica Salinas Castillo, directora y fundadora de Sociedad Activa lo recibió en su casa y ahora es su tutora.
“Cuando estás rodeado de gente que te ama y que te apoya, no te das cuenta de todos los sacrificios que hacen esas personas para que tú avances en la vida”, explicó Erica, “principalmente tu familia y, en este caso, nosotros hemos cobijado a Mauricio como Sociedad Activa, pero también con una red de apoyo con aliados y aliadas, de más o menos 30 personas, que lo hemos ayudado de diferentes maneras. Como Sociedad Activa le damos una beca de hospedaje y alimentación, o sea, vive conmigo”.
Con su programa de Escuelas Corporativas en Campos Agrícolas, Sociedad Activa ha impactado a más de 13 mil 400 trabajadores y trabajadoras del campo con actividades educativas y culturales. De ellos, 462 han sido certificados oficialmente ante la Secretaría de Educación Pública (SEP) por haber concluido un proceso desde alfabetización hasta preparatoria, a través del Instituto Sonorense de Educación para los Adultos (ISEA).
“Tenemos casos de logros personales como el de Mauricio que decidió continuar a la universidad”, continuó Erica, “es nuestro primer caso de una persona que dice: va, yo quiero ser el primero de mi comunidad en salir a estudiar en una universidad. Y también como comunidad se empieza en el campo, ya no es solamente un espacio laboral, sino un espacio artístico y de conocimiento, ya no solo chambeo en el zurco y soy un trabajador más. No, ya soy artista, estudiante, un miembro de esta comunidad donde estamos desarrollando proyectos, ellos comparten conocimiento”.
Mauricio nunca había usado una computadora, pero le prestaron una para empezar a estudiar y prepararse para el examen de admisión de la universidad.
Cuando lo conocimos, acababa de recibir la noticia de que había sido aceptado en la Licenciatura en Artes, pero no en la de Derecho y, aunque no era exactamente lo que esperaba, estaba contentísimo. Sin embargo, unos días después de nuestro encuentro, apenas este jueves 27 de mayo, recibió una noticia más: por recorrimiento de lista, después de la primera etapa de inscripciones, logró obtener un espacio en tronco común de Derecho y, ahora sí, no cabía en sí mismo de la felicidad.
“Sin duda es uno de los mejores momentos de mi vida”, dijo a través de un audio de WhatsApp, “enterarme de que ya me han aceptado en la universidad y, sobre todo, en la carrera de Derecho, no hay palabras para describir toda la emoción que siento, como cosquilleos dentro del cuerpo”.
Mauricio trabaja en una tienda de conveniencia y ha hecho trabajos de albañilería y jardinería para juntar dinero para sus próximos estudios. Se ha esforzado enormemente para continuar, pero necesita apoyo de cualquier forma: una computadora y recursos para sus libros son lo que están en su lista de necesidades.
“Quisiera llamar a todos los jóvenes, sé en las condiciones en las que están”, agregó Mauricio, “por el simple hecho de ser indígena tenemos esa mentalidad de creer que somos inferiores, de no tener esa capacidad de romper esa pared y, sin duda, con un esfuerzo así y gente que te apoya y que te motiva (sí se puede). Sé que en algún momento dudamos de nosotros mismos, de que no voy a poder, no lo voy a lograr, eso es lo que yo creía también, hasta que aprobé y me aceptaron en la universidad y dije ah, entonces era nomás esa loca idea de que no puedo, pero en verdad sí”.
Y luego sostuvo: “Aferrándonos a esa meta, ese objetivo que tienes en mente, todo se logra: sin duda es bastante difícil al no tener ingresos y hay muchos que no tienen, así como yo… me estaban preguntando por qué la Unison y por qué no otras universidades en Chiapas, pues por la misma razón de que no podía cubrir los gastos y, actualmente, con el apoyo que me han dado, igual sigo trabajando en todo lo que se pueda”.
Mauricio dice que se le agotan las palabras para describir su felicidad y su agradecimiento.
“Para describirles a todas y todos los jóvenes que quieran seguir estudiando que es una sensación increíblemente maravillosa, es algo que no se puede describir en palabras y yo diría que podemos romper esa barrera, si uno quiere”.
Para apoyar a Mauricio y conocer más sobre el trabajo de Sociedad Activa, puedes seguir a la organización en Facebook e Instagram.