Desafortunadamente desde el inicio de la pandemia, la industria de la masa y la tortilla enfrenta severos problemas por el encarecimiento de los insumos para la producción del principal alimento de la dieta mexicana. El precio del kilogramo de maíz se ha incrementado como nunca en la historia.
En noviembre pasado la tonelada de maíz se compraba entre 5 mil 400 y 5 mil 700 pesos la tonelada y el día de hoy se está consiguiendo la tonelada desde 7 mil a 7 mil 300 pesos. A esto se suma el incremento histórico en el gas LP y la gasolina.
Platicamos con Sergio Jarquín, presidente del Consejo Rector de la tortilla tradicional mexicana y nos dijo que solicitaron desde el año pasado que el Gobierno federal intervenga para mantener el control del precio del primer producto básico y cuyo precio ha pasado de 14 pesos hasta 26 o más el kilogramo, según la zona geográfica, pero podría ser superior sino es por la contención que están haciendo los representantes de la industria.
En un país con más de 50 millones de pobres y con un salario mínimo de 141 pesos diarios, desembolsar la cuarta parte en un kilo de tortillas es un golpe brutal para millones de familias, sobre todo de las zonas rurales.
Uno de los planteamientos que se hicieron en esa reunión es que Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex) vendiera a los industriales de la tortilla el excedente de maíz.
En la reunión se comprometieron 700 mil toneladas de maíz. “Conforme fueron pasando los meses y muchas reuniones después con el gobierno, nos llevaban ahí pateando el bote. Nos dicen que hace unas semanas que no hay ni un solo grano de maíz para nosotros. Y mis compañeros ya no pueden soportar porque ajustan el costo de producción o cierran el changarro. Eso es lo que está pasando y desafortunadamente no vemos interés por parte del gobierno”.
Las negociaciones entre los representantes del sector con el gobierno seguirán este día con el subsecretario de Economía e insistirán con una denuncia que ya presentaron porque a raíz de una investigación que hizo el Consejo Rector de la tortilla tradicional mexicana, descubrió que en bodegas de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), de Acapulco, Guerrero, se están pudriendo 60 mil toneladas de maíz que se tienen a la intemperie y otras tantas que tienen encerradas.
“El subsecretario de Economía se comprometió a darnos una respuesta este lunes, a lo cual le dijimos claramente que no estábamos de acuerdo que se nos presionara de la manera que lo está haciendo el Gobierno a través de Profeco, incluso de la Secretaría del Trabajo, porque el precio está liberado desde 1998. Entonces sí los insumos se han incrementado un promedio de 40 por ciento, nosotros no hemos incrementado más que alrededor de un 15 por ciento”, dijo Sergio Jarquín.
Pero el escenario puede ser peor ante la escasez de agua que vive el país, pues empieza a sentirse la falta de producción de maíz y por ello se está previendo importar granos de China. Mientras tanto, el que tenemos almacenado en Segalmex se está echando a perder en sus bodegas de El Limoncito en Acapulco, Guerrero.
Es una situación grave lo que sucede por incapacidad administrativa o por política deliberada para ahorcar a los tortilleros y más cuando hablamos de un gobierno que dice que primero están los pobres. Ojalá para estos temas se ofreciera aunque sea un minuto en las mañaneras.
Uppercut: Saúl Huerta, el diputado con tres denuncias por abuso a menores de edad, sabe que sus días en el Congreso están contados. El mensaje del sábado de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, fue contundente a pesar de que los los líderes nacionales de Morena lo arroparon. Si bien la Fiscalía es independiente, Claudia Sheinbaum no va a tener ninguna consideración para iniciarle el juicio político para quitarle el fuero y que se haga justicia.