Hermosillo, Sonora.- La búsqueda de Cecilia Delgado terminó. Después de trabajar cuatro días en un sitio de entierros clandestinos en la capital de Sonora, una chamarra le confirmó que había encontrado a Jesús Ramón, su hijo desaparecido casi dos años atrás.
La mujer que lidera el colectivo Buscadoras por la Paz, dedicado al rastreo de fosas clandestinas desde mayo de este año, junto a otras madres, hermanas y abuelas, estuvo excavando el sábado 21 y desde el 23 al 25 de noviembre al sur de Hermosillo, en un área enmontada en las inmediaciones de la colonia Altares.
De ahí exhumaron 16 cuerpos y Cecilia está segura de que uno de ellos es el de su hijo.
Aunque hasta el momento no hay resultados de la prueba genética que lo confirmará, pues la información podría tardar alrededor de 15 días, ella lo sabe: ese cuerpo traía la chamarra que Jesús Ramón vestía cuando desapareció el 2 de diciembre de 2018.
Horas después, lo dijo abiertamente en el grupo de WhatsApp donde informa diariamente a periodistas sobre los hallazgos del colectivo: “Parece que encontré a mi hijo”, anunció con la voz entrecortada en otro audio, “vamos a esperar la prueba genética, pero todo indica que sí es mi bebé”.
Fue una de las compañeras del colectivo quien encontró la fosa donde estaba el cuerpo de Jesús Ramón, al final de la tercera jornada de búsqueda realizada ayer martes, donde también colaboraron la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) y Comisión Estatal de Búsqueda, así como con elementos de la Guardia Nacional, Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE).
Cecilia estaba por irse del sitio cuando su compañera le pidió volver.
Hoy miércoles, la líder aseguró que, una vez que acudió a reconocer los posibles restos de su hijo en las instalaciones de la Fiscalía, un supuesto trabajador le pidió que callara su llanto para no incomodar a la gente ni a la fiscal Claudia Indira Contreras Córdova.
“Se acerca un ‘amigo’, no sé quién será, un trabajador y me dice que si me podía callar, porque estaba la fiscal aquí”, narró la madre, “y le digo, ¿y a mí qué me importa que esté? Ni modo que me calle mi dolor para que no escuche, al contrario, que escuche que no me ayudaron, ¿por qué me callan? ¿Quién es ella para aguantarme mi dolor? Es indignante esto, la verdad, y falta de empatía, de solidaridad de ella como mujer; no puede ser, pero bueno, no es su hijo pues, no le interesa”.
Más tarde, la fiscal hizo presencia para externar su solidaridad a la buscadora y comprometerse a hacer justicia.
“Después de que me dijeron que me callara, que obviamente no lo mandó ella, pero se tomó la atribución de decir eso el señor, se acercó a mí”, confirmó Cecilia, “se solidarizó con mi dolor y me dijo que lo que seguía después de esto, es buscar justicia y eso espero”.
Solo de mayo a noviembre, el colectivo Buscadoras por la Paz ha encontrado más de 50 cuerpos enterrados de forma clandestina en Hermosillo. Uno de ellos, el de Jesús Ramón, hijo de Cecilia.