Personas con discapacidad intelectual y trastornos del desarrollo tienen tres veces más probabilidades de morir por COVID-19, revela un nuevo análisis en EEUU. Por esa razón deberían ser grupo prioritario para vacunación temprana.
Redacción Yo También
Las personas con discapacidad intelectual y trastornos del desarrollo tienen tres veces más probabilidades de morir si tienen COVID-19, según un nuevo análisis de FAIR Health (una organización sin fines de lucro que afirma albergar la base de datos de reclamos de seguros médicos privados más grande de Estados Unidos), que publicó esta semana The New York
Times.
Ante los crecientes avances de diversas vacunas contra la COVID-19 y la disputa sobre cómo asignar su creciente disponibilidad, hay cosas que decir sobre el riesgo que corre este grupo poblacional en particular. Hasta ahora las pautas internacionales para la distribución de vacunas han recomendado priorizar a personas trabajadoras de la salud, de atención
médica y de actividades esenciales, así como aquellas que tienen mayor riesgo de enfermedad grave, como personas mayores y las que tengan ciertas enfermedades crónicas que han probado tener relación con la morbilidad (diabetes, hipertensión, obesidad).
Pero hay otros grupos, como niños, niñas, adolescentes y adultos con discapacidad intelectual, como síndrome de Down, y otros trastornos del desarrollo, y aquellos que viven o están institucionalizados en entornos colectivos (asilos, orfanatos, hospitales psiquiátricos, prisiones) que deberían ser incluidos en los grupos prioritarios.