Ciudad de México, 18 de octubre (SinEmbargo).- La farmacéutica Pfizer anunció que será en noviembre cuando solicite la autorización para el uso de emergencia de su vacuna contra la COVID-19, mientras la prensa de Reino Unido ha difundido las primeras imágenes de cientos de dosis saliendo de la línea de producción de una fábrica en la ciudad de Puurs, Bélgica.
“Fue genial ver salir el primer frasco de la línea de producción”, dijo el jefe de Pfizer, Ben Osborn, al diario británico Daily Mail.
Añadió que el hecho le “trajo una sonrisa tremenda al ver que todo este trabajo dio como resultado un producto”. De acuerdo con los reportes del diario británico, la producción de la vacuna se lleva a cabo en la ciudad belga de Puurs.
Sin embargo, la farmacéutica aclaró que la vacuna sólo será puesta en circulación si los ensayos clínicos finales son un éxito y si los reguladores de los países la consideran efectiva y segura.
El Daily Mail detalló que Pfizer alista 100 millones de dosis en 2020, de las que 40 millones serán destinadas al Reino Unido. Mientras en 2021 esperan fabricar alrededor de mil 300 millones de inyecciones contra la COVID-19.
El pasado 16 de octubre, el consejero delegado de Pfizer, Albert Bourla, aseguró este viernes que la firma podrá saber si su vacuna contra la COVID-19 es efectiva a finales de este mes de octubre, pero no tendrá datos suficientes para solicitar su autorización de emergencia al regulador de medicamentos estadounidense hasta la tercera semana de noviembre.
“Podríamos saber si nuestra vacuna es efectiva a finales de octubre”, aseguró Bourla en una carta abierta a los estadounidenses con la intención de ser transparente y despejar “la gran confusión” sobre el proceso de aprobación y distribución en masa de la vacuna que desarrolla Pfizer junto a la alemana BioNTech.
Asimismo, consideró que podrán solicitar autorización de emergencia a la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, en sus siglas en inglés), que requiere al menos dos meses de datos de pruebas clínicas, en la tercera semana de noviembre.
Los datos de eficacia y seguridad serán revisados por expertos de la FDA y por un panel independiente para garantizar el lanzamiento de la vacuna y reducir en lo posible los recelos del público hacia ella.
“La seguridad es nuestra prioridad número uno”, aseguró el alto directivo de Pfizer, quien dijo que para que la vacuna esté disponible deben cumplirse los objetivos marcados en tres áreas: demostración de efectividad, seguridad y fabricación a gran escala.
Bourla considera que las inversiones ya realizadas en asegurar una rápida fabricación de la vacuna dentro de unos estándares de calidad homogéneos permitirán tener garantías a este respecto a la par que se solicita la autorización de emergencia para su distribución entre la población.
El hecho de que Pfizer no considere posible solicitar autorización a la FDA antes de la tercera semana de noviembre es un revés para el Presidente estadounidense, Donald Trump, que había sugerido que la vacuna contra la COVID-19 podría estar lista antes de las elecciones del 3 de noviembre.
Pfizer había dicho anteriormente que esperaba poder presentar resultados y buscar la aprobación reguladora a finales de octubre, con lo que era vista como la principal candidata para que Trump pudiera cumplir su promesa electoral.
A comienzos de este mes Bourla aseguró en una carta a empleados que no “sucumbirán a presiones políticas” y lamentó que se hayan visto en medio de la “encrucijada de las elecciones de Estados Unidos”.
En su carta del 16 de octubre, Bourla aseguró que todo su calendario “opera a la velocidad que marca la ciencia”.
Otras farmacéuticas en la recta final de su carrera por la vacuna contra la COVID-19, como Johnson & Johnson o AstraZeneca han tenido que parar temporalmente sus pruebas en fase 3 por efectos secundarios en voluntarios, mientras que Moderna mantiene un calendario más conservador en sus pruebas.
El 16 de octubre, las autoridades mexicanas anunciaron que el país recibiría varias millones de dosis de la vacuna de Pfizer, con el fin de inmunizar a la población contra la COVID-19.
En un acto en Palacio Nacional, el Gobierno mexicano firmó convenios con los laboratorios AstraZeneca, Pfizer y CanSino para comprar cerca de 140 millones de dosis de sus futuras vacunas, que en el mejor de los casos comenzarían a llegar en diciembre y permitirían vacunar a 90.9 millones de mexicanos a lo largo del próximo año.
Para el caso de Pfizer, México adquiriría entre 15.5 y 34.4 millones de dosis, con el fin de vacuna a entre 7.75 y 17.2 millones de mexicanos.
De acuerdo con las estimaciones del Gobierno federal, al menos 20 millones de personas serían vacunadas en el primer trimestre de 2021.
A la par, el país adquiriría otras 50 millones de dosis a través del mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con estas cifras, el país alcanzaría a vacunar a poco más de 116 de sus 130 millones de habitantes
“Si está en diciembre la vacuna, claro que me vacuno aquí, siempre y cuando los médicos decidan que me corresponde”, expresó el Presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 16 de octubre.
El mandatario avanzó que las autoridades sanitarias decidirán quiénes se vacunarán primero, y recordó que “en otras partes han decidido que primero el personal médico en hospitales COVID-19 para protegerse”.
También planteó la posibilidad que se comience vacunando a personas con diabetes, hipertensión y a adultos mayores.
El presidente Andrés Manuel López Obrador. Foto: Andrea Murcia, Cuartoscuro
“Sí, me vacuno para dar confianza a la gente de que tenemos que protegernos”, expresó.