Disfrazar a tu perro por Halloween, por ejemplo, puede estar bien para una ocasión, ¿pero vestirlo a diario con ropas que en nada contribuyen a protegerlo del clima? Eso es cuestionable, sobre todo cuando esta vestimenta no cumple ninguna función más allá del adorno en sí.
Este fenómeno de humanizar al perro suele desarrollarse cuando el tutor del animal se encuentra solo, con su mascota como única compañía. También surge por un afán de comprender las emociones del perro, lo cual lleva a interpretarlas de manera errónea, pues se pretende encontrar un equivalente entre sus reacciones y las del ser humano.
¿Es malo humanizar a los perros?
Seguramente te estarás preguntando ¿qué problema hay en humanizar a tu perro? El principal inconveniente reside en que, al tratarlo como a un ser humano, se pasan por alto las necesidades básicas de su especie, lo cual se traduce en múltiples problemas de comportamiento que, en la mayoría de los casos, son interpretados como “caprichos” por el dueño. Así, humanizar a los perros es un error.
Aunque es normal sentir ternura y amor por tu perro, esto no puede cegarte de entender que son animales diferentes a nosotros y que, aunque comparten muchas características, reconocer las que son propias de la especie te ayudará a brindarle una mejor calidad de vida. Por ejemplo, preparar una torta de cumpleaños y hacer una fiesta no es lo más importante para tu amigo peludo, como sí lo es que tenga la oportunidad de socializar con otros perros y personas, hacer ejercicio diario y recibir una adecuada educación, por ejemplo.
A un perro humanizado, además, suele permitírsele cualquier cosa dentro del hogar, pues no se le ponen límites al pensar que esto puede “traumarlo” o significar que no se le quiere. El resultado son animales difíciles de controlar, lo cual genera muchos conflictos en el hogar.
Lo ideal es encontrar un equilibrio entre el amor y los cuidados que le brindas a tu perro, siempre necesarios, y el reconocimiento y satisfacción de sus necesidades instintivas. Solo así tu mascota tendrá una vida equilibrada y la relación entre ella y la familia será armoniosa.
¿Cómo saber si tu perro está humanizado?
La humanización del perro es producto de la relación que tiene con sus compañeros humanos, es decir, con la forma en la que es tratado. Si te reconoces en varias de estas acciones, entonces humanizas a tu perro.
1. Come la misma comida que tú
Algo típico es acostumbrar al perro a comer de tu misma comida. Un bocado para compartir un ingrediente que sabes que le gusta, de forma muy eventual, puede estar bien, pero pretender que consuma la misma comida que las personas es un error. ¿Por qué? Las necesidades nutricionales de los canes son diferentes a las humanas, así que no solo le faltarán vitaminas y minerales, sino que además es muy posible que le estés administrando ingredientes que son comunes en las preparaciones culinarias pero tóxicos para perros.
Podemos ofrecer al animal una dieta casera sin problema, ya que de hecho es altamente beneficiosa, pero bien hecha. Para ello, recomendamos consultar el artículo “Alimentación natural para perros”. Así, el error aquí no es dar comida de consumo humano, sino dar alimentos cocinados y sometidos a procesos inadecuados para el sistema digestivo del perro.
2. Acostumbrar al perro al WC
Intentar que el perro aprenda a orinar y defecar en el WC también es un signo de humanización en perros. Por más divertido o práctico que esto pueda parecer, es antinatural en los canes y puede provocar que no reconozca lo que hacen otros perros cuando los vean levantando la pata para esto.
3. Tratar al perro como a un bebé
Vestirlo como un bebé, pasearlo en un cochecito, carrito o carriola para infantes también es muy perjudicial. El perro necesita explorar, olfatear, correr y saltar, y al transportarlo de esta manera no puede hacerlo. El resultado: estrés por falta de interacción, además de conductas destructivas.
Por otro lado, es muy común atribuirle al can sentimientos que son propiamente humanos, como la culpa y el odio, lo cual lleva a enlazar ciertas actitudes que observas con dichas emociones. Al hacer esto, ignoras por completo qué es lo que puede estar generando en el can una reacción específica. Por supuesto, los perros son animales que tienen sentimientos y experimentan emociones, algunas incluso muy similares a las nuestras, pero como decimos no todas. Así, un can es capaz de identificar que ha hecho algo mal justo al momento de hacerlo, pero pasado un rato no sentirá esta “culpa”, como sí podríamos hacer nosotros. Así mismo, todavía no existen estudios concluyentes que desmientan ni confirmen las emociones exactas que sienten los perros.
Estas son solo algunas de las cosas que humanizan a tu perro y debes tener presentes para evitarlas y cubrir las necesidades reales de esta especie animal.
Comportamiento de un perro humanizado
Notarás que tu perro está humanizado porque no respeta las normas del hogar. Es común en estos perros pretender exceder los límites que por lo general se le ponen a una mascota. Esto, obviamente, es porque así lo has permitido. Un ejemplo de ello es que el can intente subirse a la mesa para tomar la comida, quiera ocupar los mismos espacios que los humanos en la cama o el sillón, entre otros.
La agresividad también es un factor usual cuando se tiene un perro humanizado, y que sobre todo se manifiesta cuando el can no consigue lo que quiere. Por ejemplo, comenzar a morder si no quieres alzarlo en brazos, ponerse violento si lo bajas de una silla o cama. Por lo general, cuando una persona percibe alguna de estas reacciones en su perro, opta por deshacer la acción que ha molestado al animal (devolverlo al sillón o a la cama). De esta forma, sin embargo, solo se le refuerza al perro la sensación de que con unos cuantos gruñidos obtendrá todo lo que quiere.
También es frecuente que demuestren miedo y nerviosismo ante estímulos desconocidos, asustándose de forma incontrolable, y que sus tutores reacciones como lo harían con una persona. Aunque el miedo es una emoción normal, es importante entender cómo gestionarlo en un perro, puesto que el animal no entiende palabras de ánimo como: “no tengas miedo”. Así mismo, es fundamental no reforzar conductas negativas, como abrazar al animal cuando está muy alterado, y sí trabajar sobre las reacciones adecuadas, como puede ser acariciar al perro cuando se mantiene tranquilo.
Consecuencias de humanizar a tu perro
Más allá de lo divertido que pueda ser tratar a los perros como si fueran personas, o de la felicidad que creas estarle proporcionando de esta forma, lo cierto es que esta educación anormal y alejada por completo del instinto del can trae graves consecuencias a su salud, tanto física como psicológicamente.
Estrés: se desencadena porque el animal no puede satisfacer sus necesidades instintivas, como correr cuando pasea o explorar la calle.
Comportamiento neurótico-destructivo: el can no puede drenar de forma correcta sus deseos de jugar, pues no se le estimula para ello (sobreprotección), por lo que es común que se vuelva destructivo y adopte conductas repetitivas, como morderse la cola u obsesionarse con un objeto específico.
Problemas de socialización: a un perro humanizado rara vez se le permite relacionarse con otros perros, pues se piensa que podrán hacerle daño. Como consecuencia, el animal desarrolla inseguridad a la hora de relacionarse con su congéneres, y muchas veces ni siquiera los reconoce como iguales.
Esto se refuerza en perros que son enseñados para usar el WC y en aquellos que visten ropa todo el tiempo, pues son incapaces de descifrar y entender las conductas propias de su raza.
Sobrepeso: los perros humanizados tienden a ser obesos, pues se les administran dietas que no son adecuadas para ellos, además de darles dulces y golosinas. También es común que suban de peso porque el gasto calórico en ejercicio es mucho menor que la cantidad de comida que consumen. Esto desencadena otros problemas de salud, como artritis y enfermedades cardiovasculares.
Ansiedad: ocurre cuando se acostumbra al perro a estar las 24 horas del día con su compañero humano, por lo que reacciona de manera negativa al tener que separarse. Debido a esto, presenta diarrea, tics, palpitaciones y otras muestras de ansiedad por separación.
Fuente ExpertoAnimal.com
Noticias México
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