Columna Territorio Yaqui
En la última semana se recrudeció la violencia en Sonora, sobre todo, la relacionado con hechos de alto impacto que tienen que ver con acciones del crimen organizado, principalmente relacionado con el narcotráfico, por desgracia, además de adultos han resultado victimas niños y niñas.
Existen actualmente municipios como Guaymas, Empalme, Cajeme, Hermosillo, Caborca, Nogales y Magdalena, donde se han concentrado el mayor número de incidentes con resultados funestos, ejecuciones a todas horas del día, los llamados “levantones”, enfrentamientos entre las bandas del crimen organizado, y una serie de desmanes como los ocurridos en la carretera federal entre los poblados de Altar y Caborca.
Desafortunadamente las autoridades de los tres niveles de gobierno ya no tienen ninguna excusa para aceptar, como lo hizo la alcaldesa de Guaymas, Sara Valle Dessens, que las actuales estrategias, si es que las hay, no han dado los resultados esperados, es decir, se han visto rebasadas ampliamente por el crimen organizado.
Y es que la idea de que poniendo al frente de las policías municipales a elementos ya retirados de la milicia se resolvería el problema de la delincuencia, resultó fallida, y para muestra el negativo resultado de sus acciones, que lejos de devolver la tranquilidad a la ciudadanía, acrecentaron percepción de inseguridad.
Lo más lamentable es que en esa lucha que libran los grupos del crimen organizado, principalmente los relacionados con el narcotráfico, extorsiones y levantones, han resultado como víctimas, inocentes menores de edad, que nada tienen que ver con esas ilícitas actividades, provocando el enojo de la población.
Casos como el de Guaymas, dónde un comando armado atacó sin misercordia a una familia y resultara muerta una niña y otros menores heridos, muestran la insensibilidad de quienes empuñando un arma de fuego, matan a niños y niñas.
En Hermosillo, hombres armados atacaron a un grupo de personas, matando a balazos a una menor de apenas 7 años de edad, una personita que nada tenía que ver en sus ilícitos asuntos, lo que provoca un enorme coraje en la población.
Víctimas colaterales de las ejecuciones y enfrentamientos entre las bandas del crimen organizado han sido muchas, personas que por alguna circunstancia se vieron entre el fuego cruzado, pues la violencia se vive en cualquier momento del día, en cualquier lugar.
Resulta interesante el crimen de Guaymas, su Presidenta Municipal no encontró salida más que reconocer que habían fallado en la seguridad pública, lo que ya era conocido por todos los guaymenses; pero en realidad, quienes fallaron no sólo son las autoridades municipales, sino también las estatales, como la Policía Estatal de Seguridad Pública, que a pesar de tener un destacamento en el puerto, no ha servido de mucho, y no se diga de la escasa presencia de la Guardia Nacional, cuyos contados elementos no alcanzan a cubrir tanto hecho delictivo.
La aparición de mantas en Guaymas y Empalme, con amplios relatos sobre los últimos hechos delictivos, y en dónde figuran nombres de quienes presuntamente son los responsables, y donde se hace alusión a las propias autoridades de estar protegiendo a determinado grupo del crimen organizado, muestran claramente quién manda en la región de Guaymas y Empalme.
En Cajeme, sigue a la alza el número de personas ejecutadas por grupos armados, como siguen también en la región de Caborca, muy a pesar de que éstas zonas se encuentran blindadas por las autoridades
Y para agregarle más a la inseguridad, siguen los enfrentamientos en Magdalena de Kino, en donde todo hace indica no existe la coordinación esperada entre las autoridades de los tres niveles de gobierno, cuando elementos de la Guardia Nacional, solos, fueron atacados a balazos alcanzando a detener a seis presuntos sicarios y asegurarles vehículos y arnas. No se vieron o llegaron tarde las autoridades estatales y municipales.
Para rematar, siguen las Madres Buscadoras localizando fosas clandestinas con restos humanos, Puerto Peñas y Hermosillo han aparecido recientemente, así como el Municipio de Cajeme.
El clamor de la sociedad sonorense para que acabe éste grave problema de la inseguridad seguirá escuchándose con mayor frecuencia por todos los medios, mientras seguirán muriendo víctimas inocentes. Salud.
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