Por Richard Armitage/ Laura B Nellums
Traducción de Agustín de Pavía
Hay más de mil millones de personas que viven con discapacidad (PVCD) en todo el mundo. Es probable que la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) afecte de manera desproporcionada a estos individuos, poniéndolos en riesgo de una mayor morbilidad y mortalidad, lo que subraya la necesidad urgente de mejorar la prestación de atención médica para este grupo y mantener el compromiso de salud global para lograr Cobertura Universal de Salud (CUH). 1
PVCD, incluidas las discapacidades físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, tienen menos probabilidades de acceder a los servicios de salud y más probabilidades de experimentar mayores necesidades de salud, peores resultados en cuanto a salud, así como leyes o estigmas discriminatorios. 2
El COVID-19 amenaza con exacerbar estas disparidades, particularmente en países de bajos y medianos ingresos, donde reside el 80% de PVCD, y la capacidad para responder a COVID-19 es limitada. 3 4 La planificación de la preparación y la respuesta debe ser inclusiva y accesible para las personas con discapacidad, reconociendo y abordando tres barreras clave.
Primero, PVCD podrían tener inequidades en el acceso a mensajes de salud pública. Toda comunicación debe difundirse en lenguaje sencillo y en formatos accesibles, a través de canales de medios digitales y masivos. Además, las estrategias para la comunicación con las personas es vital, deben ser seguras y accesibles, como los intérpretes de lengua de señas y el uso de máscaras transparentes por parte de los proveedores de atención médica para permitir la lectura de los labios.
En segundo lugar, las medidas como el distanciamiento físico o el auto aislamiento podrían interrumpir la prestación de servicios para personas con discapacidad, quienes a menudo dependen de la asistencia para la entrega de alimentos, medicamentos y cuidado personal. Las estrategias de mitigación no deberían conducir a la segregación o institucionalización de estos individuos. En cambio, se deben priorizar las medidas de protección para estas comunidades, de modo que los trabajadores de atención y los miembros de la familia puedan continuar apoyando de manera segura a las personas con discapacidad, quienes también deberían poder cumplir con sus necesidades de vida diaria, atención médica y transporte, y mantener sus compromisos laborales y educativos.
Tercero, las PVCD podrían tener un mayor riesgo de infección grave por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo o enfermedad grave debido a las comorbilidades existentes, y podría enfrentar barreras adicionales para la atención médica durante la pandemia. 2
El personal de atención de la salud debe recibir una capacitación rápida de concientización sobre los derechos y las diversas necesidades de este grupo para mantener su dignidad, salvaguardar contra la discriminación y prevenir las inequidades en la prestación de atención.
Las estrategias de mitigación de COVID-19 deben incluir a las PVCD para asegurar que mantengan el respeto por la “dignidad, los derechos humanos y las libertades fundamentales” 5 y evitar ampliar las disparidades existentes. Esto requiere acelerar los esfuerzos para incluir a estos grupos en la planificación de preparación y respuesta, y requiere diligencia, creatividad y pensamiento innovador para preservar nuestro compromiso con la cobertura universal de salud y garantizar que las personas con discapacidades no sean olvidadas. No declaramos intereses en competencia.
Tomado de yotambien.mx