Los conductores de Uber y Didi de Hermosillo se encuentran intranquilos por la disminución drástica de viajes debido a la contingencia por Covid-19; temen por su estabilidad económica y por la posibilidad de tener que dejar de trabajar en los próximos días.
En un recorrido realizado por Proyecto Puente en ambas plataformas de transporte privado, los socios conductores agregaron que se sienten un tanto inseguros al desconocer el estado de salud de las personas que transportan diariamente, por lo que su mecanismo es seguir las recomendaciones higiénicas de la Secretaría de Salud para protegerse.
Salvador ve la ciudad completamente muerta. A las 12 del mediodía de un domingo normal, habría acumulado, al menos, 600 pesos en viajes. Hoy no ha juntado ni los 200 y ya trabajó seis horas.
“No sale ni para la gasolina”, dice, “el carro es mío y yo estoy juntando para pagar la mensualidad, pero, al que renta el carro, no le va a salir y esto va a generar una deserción impresionante, porque ¿como le hacen? O el dueño del carro va a apechugar y ni modo”.
Y continuó: “Yo no estoy en condiciones de parar porque al banco no le va a interesar nada, no me va a condonar nada y me va a seguir cobrando; a ellos les vale gorro el coronavirus y la mamá del muerto”.
Aunque Uber y Didi ya hicieron públicos diversos mecanismos de acción para hacer frente a la pandemia, al menos los conductores consultados por Proyecto Puente afirmaron desconocer la información. Nadie los ha buscado directamente.
De acuerdo con los comunicados emitidos por ambas empresas, una de sus principales medidas consiste en el apoyo económico a los choferes que resulten infectados por el virus, con 14 días de asistencia financiera en el caso de Uber y Uber Eats, y de 28 días en Didi, mientras las cuentas de los socios permanecen suspendidas.
Jorge es vendedor de seguros y trabaja de viernes a domingo para ambas plataformas. A diferencia del fin de semana anterior, donde, solo en 10 horas de trabajo, alcanzó la meta que lanzó Didi de 37 viajes para obtener un bono, ahora sólo pudo hacer 13 viajes en ocho horas.
“Didi sigue lanzándonos desafíos, para hoy, tiró otro de 37 viajes”, explicó Jorge, “pero ¿cómo? Apenas que trabajes el día completo”.
Su preocupación radica en que, en su principal trabajo como vendedor de seguros donde acostumbraba citar a sus clientes potenciales en cafeterías, tampoco hay empleo y, si en algún momento debe parar como chofer, no tiene otra opción para llevar ingresos a su hogar. Sumado a eso, le preocupa su salud.
“Sí da preocupación, sobre todo, por el ‘chorro’ de gente que se sube y que luego llegas a tu casa y no sabes qué es lo que traes”, explicó Jorge, “yo aquí traigo gel antibacterial y cubrebocas… ojalá sirva de algo, porque eso de quedarte en tu casa no es tan fácil”.
Álvaro lleva apenas tres viajes y ya condujo durante cuatro horas. Para trabajar, él le paga una renta semanal al dueño del carro, por lo que le preocupa no reunir lo necesario para cubrir la cuota y tener que devolver el vehículo que representa su único ingreso económico.
“Si me dan oportunidad, me quedo con el carro”, dijo, “no pido que me descuenten, sino, simplemente, que la renta de esta semana me la vayan dividiendo, en lo que se recupera esto, porque si no, va a estar cañón”.
Y concluyó: “Ayer fui a Uber, pregunté y me dijeron que, hasta ahorita, vamos a trabajar normal y si se pone más grave y hay la indicación de parar, vamos a parar… pero lo dudo”.