Hermosillo, Sonora.- El origen del bullying no está en la escuela, en realidad es en el hogar donde inicia cuando padres normalizan apodos o calificativos como gordito, chaparro, tonto, entre otros que empobrecen la autoestima de los niños, indicó Lizeth Amador Sánchez.
La psicóloga clínica mencionó que este tipo de conductas en la familia van minando la sensación de seguridad en niñas y niños que después llevan dichos comportamientos a las escuelas y los ponen en práctica con compañeros.
“Estamos ante una generación de padres e hijos en redes sociales, es muy difícil para el contexto escolar limitar eso, preguntarnos qué es lo que queremos como padres para nuestros hijos a corto plazo”, expresó.