El aumento en el precio de la pasta de papel y las preocupaciones por su impacto ambiental han abierto la puerta a alternativas poco convencionales.
En comunidades de África y Estados Unidos, se ha comenzado a promover el uso de una planta como sustituto del papel higiénico, una práctica que aún se encuentra en fase experimental, pero que ha generado interés entre grupos ecologistas.
Se trata del boldo, cuyo nombre científico es Plectranthus barbatus, una planta originaria de Sudamérica que destaca por dos características clave: su textura suave y un aroma similar a la menta. Estas cualidades han llevado a que, desde hace algunos años, comunidades africanas utilicen sus hojas como reemplazo del papel de baño.

Las hojas del boldo tienen un tamaño comparable al del papel higiénico convencional, suficiente para cubrir la palma de la mano, lo que ha facilitado su adopción en ciertos entornos rurales.
Esta experiencia ha sido replicada por algunos grupos en Estados Unidos, donde la iniciativa ha comenzado a ganar adeptos, principalmente entre sectores interesados en reducir su huella ecológica.
Desde Kenia, organizaciones comunitarias han impulsado el uso de esta planta, destacando su facilidad de cultivo y su rápida producción de hojas.
El boldo puede crecer en distintas regiones del mundo, lo que permitiría un suministro constante sin depender de procesos industriales complejos.
Uno de los principales argumentos a favor de esta alternativa es el impacto ambiental. A diferencia del papel higiénico, cuya fabricación requiere la tala de árboles y el uso intensivo de recursos para procesar la pasta de papel —cada vez más costosa—, las hojas de boldo son biodegradables y no generan residuos industriales ni afectan otras partes de la planta.
Además, el boldo puede cultivarse en patios o huertos domésticos, lo que permitiría a las familias contar con una fuente directa y permanente. No obstante, especialistas y promotores reconocen que su uso a gran escala todavía es limitado y depende, en gran medida, de un cambio cultural en los hábitos de higiene.
Lee también: ¿Los gatos sí se encariñan? La ciencia explica cómo eligen a su humano
Aunque la idea resulta inusual para muchos, el debate ya está abierto. En un contexto de crisis ambiental y encarecimiento de insumos básicos, iniciativas como esta plantean preguntas sobre la necesidad de modificar prácticas cotidianas en favor de opciones más sostenibles.


