Han pasado dos años desde el estallido del conflicto entre Israel y Hamás, iniciado el 7 de octubre de 2023, y la guerra continúa dejando una profunda huella de destrucción, crisis humanitaria y divisiones políticas tanto en Medio Oriente como a nivel internacional.
El enfrentamiento comenzó con un ataque coordinado de Hamás contra comunidades del sur de Israel, que provocó la muerte de unas 1,200 personas y el secuestro de más de 200 rehenes, según cifras oficiales israelíes.
La respuesta militar de Israel fue inmediata: una ofensiva aérea y terrestre sobre la Franja de Gaza, acompañada de un bloqueo total de alimentos, agua, electricidad y suministros médicos, lo que desencadenó una crisis humanitaria sin precedentes en el enclave palestino.

Un conflicto de consecuencias devastadoras
De acuerdo con reportes del Ministerio de Salud de Gaza, recopilados por organismos internacionales como OCHA y ReliefWeb, más de 66,000 personas han muerto en la Franja desde el inicio de las hostilidades. Los ataques y desplazamientos masivos han afectado a más del 80% de la población gazatí, provocando escasez generalizada de alimentos, colapso hospitalario y brotes de enfermedades por la falta de agua y saneamiento.
A lo largo de 2024, el conflicto se extendió con oleadas de ataques y represalias, combates en la frontera con Líbano —donde Hezbolá mantiene enfrentamientos con las fuerzas israelíes— y un aumento de la violencia en Cisjordania. Diversas agencias de Naciones Unidas advirtieron sobre la imposibilidad de mantener operaciones humanitarias seguras en Gaza ante el constante fuego cruzado.

Tensiones judiciales y diplomáticas
El 21 de noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de detención contra altos funcionarios israelíes, entre ellos el primer ministro Benjamin Netanyahu y el entonces ministro de Defensa Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra relacionados con la campaña militar en Gaza. También se dictaron órdenes contra líderes de Hamás.
La decisión de la CPI desató una fuerte controversia diplomática: algunos gobiernos pidieron cumplir las órdenes judiciales, mientras que otros —incluidos Estados Unidos e Israel— cuestionaron la legitimidad del tribunal y lo acusaron de actuar con sesgo político.
Intentos de tregua y negociaciones
En enero de 2025, mediadores de Egipto, Catar y Estados Unidos lograron un acuerdo parcial de cese al fuego, que permitió la liberación escalonada de rehenes y prisioneros, así como la entrada limitada de ayuda humanitaria. Sin embargo, las hostilidades se reanudaron semanas después, interrumpiendo cualquier posibilidad de un alto al fuego duradero.
A lo largo de 2025, se han realizado rondas de negociación indirectas entre Israel y Hamás, sin avances significativos. Las discusiones se centran en un plan de paz por fases que incluye la retirada progresiva de tropas, intercambio de prisioneros y supervisión internacional de la reconstrucción en Gaza.

Un escenario sin solución a la vista
Actualmente, la guerra mantiene a millones de civiles atrapados entre la violencia y el hambre. Gaza enfrenta una crisis humanitaria crónica, con hospitales fuera de servicio, cortes eléctricos prolongados y una economía completamente paralizada. En Israel, la sociedad permanece marcada por la tragedia del 7 de octubre, la pérdida de vidas y la persistente incertidumbre sobre el destino de los rehenes que siguen en poder de Hamás.
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En el plano internacional, las posiciones continúan polarizadas: mientras gran parte de Occidente respalda el derecho de Israel a defenderse, aumentan las voces que exigen una solución política inmediata y el respeto al derecho humanitario internacional.