Washington, D.C.– El gobierno de Estados Unidos advirtió sobre la posibilidad de que cárteles mexicanos utilicen drones para atacar a ciudadanos o fuerzas del orden en la zona fronteriza entre ambos países, así lo señaló Steven Willoughby, director interino de la Oficina de Gestión del Programa de Sistemas Contra Aeronaves No Tripuladas, del Departamento de Seguridad Nacional.
Durante una audiencia ante el Comité Judicial del Senado titulada “Asegurar los cielos: aplicación de la ley, drones y seguridad pública”, Willoughby explicó que estos aparatos han sido empleados por el crimen organizado para llevar a cabo ataques cinéticos utilizando explosivos, armas de fuego e incluso armas de destrucción masiva.
“Desde principios de agosto de 2024, las facciones en conflicto del Cártel de Sinaloa han intensificado sus ataques entre sí utilizando artefactos explosivos improvisados lanzados desde drones, y solo es cuestión de tiempo antes de que ciudadanos estadounidenses o agentes del orden sean blancos en la región fronteriza”, advirtió el funcionario.
Willoughby detalló que el uso de drones por parte del crimen organizado no se limita a ataques, sino que también sirven para introducir drogas al país y realizar tareas de vigilancia hostil contra las autoridades.
Entre julio y diciembre de 2024, se detectaron más de 27 mil vuelos no autorizados de drones en un radio de 500 metros de la frontera con México, muchos de los cuales violaban las regulaciones de altura y horario.
“La mayoría volaba a más de 400 pies de altura, el máximo permitido, o entre las 8 de la noche y las 4 de la mañana, cuando la oscuridad facilita actividades ilícitas”, agregó.
Como ejemplo, mencionó que en octubre de 2023 se aseguró un dron procedente de México que transportaba 1.63 kilogramos de pastillas de fentanilo, “suficientes para matar a decenas de miles de estadounidenses”.
En la misma audiencia, Michael Torphy, jefe de unidad del Grupo de Respuesta a Incidentes Críticos (CIRG) del Buró Federal de Investigaciones (FBI), indicó que las agencias estadounidenses trabajan en coordinación con el gobierno de México y sus fuerzas armadas y de seguridad, brindando capacitación en el uso de drones y en estrategias para contrarrestar su utilización por parte de organizaciones criminales.