Hermosillo, Sonora.- Desde hace cuatro meses, una pequeña visitante muy especial se ha convertido en parte fundamental del equipo en una tienda de mejoras para el hogar.

Se trata de una gatita sin nombre que, sin pedir nada a cambio, se ha ganado el cariño de todos los trabajadores; no tiene dueño oficial, pero sí muchas manos que la cuidan, alimentan y consienten todos los días.
Linda Valdez, empleada de la tienda desde hace ocho años, cuenta que la gatita se ha convertido en una compañera de trabajo cuya principal función pareciera ser curiosear, dormir y, principalmente, ser muy adorable.
“Aquí todos la cuidamos, le damos comida… (los gatos) solitos llegan, ya hemos tenido varios gatitos antes y sí los adoptan”, comenta.
La minina, describió Valdez, es tranquila y disfruta pasar el tiempo en el área de refrigeración —su lugar favorito—, así como recorrer la tienda con confianza.
“Sin nombre” no es agresiva; incluso, busca las caricias tanto de empleados como de clientes por igual, y a veces simplemente se acomoda junto a los empleados cuando el día se pone pesado.

Son varios los trabajadores que se aseguran de que no le falte agua ni croquetas, incluso en diferentes áreas de la empresa.
Para los trabajadores, este pequeño ser ha traído más que ternura: ha sido un alivio emocional que aminora la tensión de la jornada laboral.
“Al menos para mí, sí. A veces estamos muy estresados y está la gatita ahí, y ya… al menos a mí sí me quita mucho el estrés”, relató Linda.
Por ello, “Sin nombre” es más que solo la supervisora no oficial de espacios para dormir entre los anaqueles: es una compañía que no duda en dar una patita cuando la empresa lo necesita, y más, cuando involucra atún gratis.