Estados Unidos ha confirmado la ampliación de su política de revisión a redes sociales de personas que solicitan o ya poseen una visa.
Aunque desde 2019 los formularios de solicitud ya incluían un apartado para declarar cuentas en redes sociales, ahora el Departamento de Estado adoptará herramientas tecnológicas avanzadas —incluida inteligencia artificial— para realizar un monitoreo más profundo e independiente de la actividad digital de cada individuo, sin necesidad de solicitar el acceso directo a sus dispositivos móviles.
“Esto no es nuevo”, señaló el periodista Arturo Angel en Proyecto Puente, “pero ahora el enfoque cambia: ya no se trata de lo que tú digas que tienes, sino de lo que ellos puedan encontrar. Aunque no entregues tu teléfono, ellos van a escanear tus redes con sus propios sistemas”.
De acuerdo con información dada a conocer por la embajada de México en Estados Unidos, esta revisión se encuentra en fase de ampliación y prueba, razón por la cual incluso se han suspendido temporalmente citas para la solicitud de visas de estudiantes.
La medida aplicará tanto para nuevos solicitantes como para personas con visas vigentes. La revisión será aleatoria, discrecional y no necesariamente será notificada al titular de la visa, quien podría enterarse de una revocación hasta el momento en que intente ingresar a territorio estadounidense.
“La validación de la visa ocurre cada vez que entras a Estados Unidos. Si su sistema detecta que estás en una lista de veto, simplemente te van a decir: ‘su visa está cancelada’”
¿Qué buscan?
El gobierno estadounidense asegura que esta revisión tiene como objetivo identificar posibles vínculos con actividades consideradas de riesgo, como el apoyo a grupos delictivos o terroristas. Sin embargo, en la práctica, el criterio ha mostrado ser más amplio.
En las últimas semanas, se han reportado casos de estudiantes a quienes se les negó el ingreso por publicaciones en redes sociales donde expresaban posturas críticas al conflicto entre Israel y Palestina, calificándolo incluso como “genocidio”.
“El problema es que no está claro dónde termina una opinión legítima y dónde empieza lo que ellos consideran ‘contenido incómodo’”, advirtió.
“Es una facultad absolutamente discrecional del gobierno de Estados Unidos. Ellos ven la visa como un privilegio, no como un derecho. Y como tal, se reservan el derecho de admisión”
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