Indira Navarro, lideresa del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, dio a conocer detalles sobre el funcionamiento del rancho Izaguirre, utilizado para entrenamiento y extermino de personas, a partir de llamadas que ha recibido de presuntas víctimas, como la de una joven que le reveló actividades como tráfico de órganos, torturas y otras violencias.

Navarro informó en Aristegui Noticias que acudieron al rancho en Teuchitlán, Jalisco, después de recibir una llamada anónima que la semana pasada les ayudó a descubrir hornos clandestinos, objetos y ropa de personas presuntamente reclutadas de manera involuntaria.
Sin embargo, la madrugada de este martes, la llamada de una joven que presuntamente logró escapar del cautiverio en que estaba en el rancho que opera como centro de reclutamiento desde 2012; además, le dio a conocer sobre las prácticas en el lugar y la aparente relación con autoridades.
“Comenta que había colusión por parte de las autoridades, no quiero decir todavía quién, hasta que haya unas investigaciones, que las autoridades también del lugar”.
La joven, quien pidió permanecer en el anonimato, describió cómo los secuestradores obligaban a los reclutados a pelear por comida, los sometían a trabajos forzados y les aplicaban castigos brutales.
“Había unos jóvenes que se ponían a llorar en la noche y los aventaban, los ponían sin ropa, donde estaban estos aros, estas llantas… Los puercos te arrancaban en pedazos, los puercos te comían poco a poco”.
En el rancho se encontraron prendas de personas, que supuestamente fueron sometidas a un entrenamiento militarizado, y evidencia de prácticas violentas, como hornos donde se incineraban cuerpos.

“Lo que nos contaron es que les obligaban a hacer hoyos en la tierra, ponían planchas de piedra y ladrillo, y luego lanzaban cuerpos seccionados”, señaló Navarro.
Los testimonios recabados por el colectivo Guerreros Buscadores apuntan a que en el rancho también se realizaban experimentos médicos y ventas de órganos.
“Contaba que había unos médicos que iban y hacían como unos experimentos también, pues obviamente se trataba de venta de órganos también”.
Indira recordó que pesar de los esfuerzos por parte del colectivo, las autoridades inicialmente no encontraron evidencia de los crímenes en el rancho.
Sin embargo, el hallazgo de prendas y otros objetos en el lugar contradice las versiones oficiales.
Navarro explicó que, tras una segunda intervención, la fiscalía finalmente asumió el caso, pero la magnitud de la operación sigue siendo un tema de gran preocupación.
“Las autoridades mienten sobre lo que realmente sucede en ese lugar. Ellos no lo querían ver. Pero cuando llegamos, encontramos las prendas, los zapatos, las esposas y otros objetos. Era claro que todo estaba ahí“, destacó la líder del colectivo.
A lo largo de su intervención, Navarro reiteró la urgencia de que las autoridades tomen acciones contundentes para erradicar este tipo de prácticas y evitar que más jóvenes sigan siendo víctimas de estos grupos criminales.
“Esto no es solo un campo de reclutamiento, es un lugar de exterminio. Ya no podemos quedarnos callados”, expresó.
Navarro destacó que, pese a la magnitud de los hallazgos, las autoridades locales no habían actuado con la suficiente contundencia.
“Lo vamos a hacer público. Es un testimonio. Todavía no sé qué va a pasar con eso, porque sinceramente, estamos en shock”, comentó, y agregó que el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco seguirá luchando para visibilizar los abusos y exigir justicia para las víctimas.
A pesar de que se ha avanzado en las investigaciones, Navarro aseguró que la situación no ha cambiado lo suficiente.
“Nosotros no es por querer tener más seguidores. Es porque necesitamos visibilizar en esta ocasión, alzar la voz, porque es algo que no puede ser. Es inadmisible lo que está pasando aquí”, concluyó.