Este año, México se integra completo a sus actividades el mismo día en que partimos la tradicional Rosca de Reyes. Pero conviene no solamente recordar la llegada de los Reyes Magos a Belén, sino también reflexionar sobre los tres pilares que deben guiar el destino de una nación como México.
La sociedad debe sostener el entendimiento de que los tres poderes —íntegros e independientes— son los ejes para la conservación del equilibrio que procura la paz, la justicia y el progreso del país. Hoy más que nunca, estos poderes necesitan ser protegidos por la responsabilidad compartida entre gobernantes y ciudadanos. Y es que, en esta rosca, el monito que nos toque no solo simboliza la responsabilidad de pagar los tradicionales tamales, sino la de asumir nuestro papel en la construcción del futuro inmediato.
Hoy, el siglo XXI ha llegado a su primer cuarto de vida y, al igual que el ser humano, enfrenta el desafío de consolidar su identidad y propósito. Este periodo, que abarca desde el año 2000 hasta 2025, ha sido testigo de transformaciones profundas en México y el mundo, pero también de retos que exigen acción inmediata.
El siglo XX nos dejó un legado de revoluciones políticas y tecnológicas que cambiaron el rostro de México. La llegada de la electricidad, la expansión de los ferrocarriles y la revolución verde impulsaron el desarrollo industrial y agrícola, aunque no siempre de manera equitativa. La revolución electrónica trajo consigo la expansión de los medios de comunicación, el desarrollo de la industria automotriz y la introducción de la computación e internet, que impactaron la economía, la educación y la comunicación. Sin embargo, también llegaron desafíos globales, como la aceptación de nuevas formas de convivencia social —desde la unión libre hasta los movimientos de género e identidad de género—, que, por cierto, nos llevaron a una lucha contra amenazas como el SIDA, que marcaron una era de cambios acelerados. Sin pasar por alto que la actividad criminal no solo se politizó, sino que se profesionalizó.
Estos primeros 25 años del siglo XXI han sido un periodo de transición y modernización para México. La globalización y la revolución digital han transformado la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Sin embargo, persisten retos importantes: la desigualdad, la inseguridad y la brecha digital siguen siendo obstáculos para el desarrollo pleno del país.
Dos eventos han marcado distintivamente este periodo: la pandemia de COVID-19 y el auge del activismo digital. La pandemia no solo paralizó al país, sino que también impulsó cambios tecnológicos como el teletrabajo y la telemedicina, al tiempo que expuso las profundas desigualdades en el acceso a la salud. Por otro lado, movimientos como #YoSoy132 y #NiUnaMenos demostraron el poder de la participación ciudadana para influir en la política y la sociedad.
¿Pero entonces qué nos depara el futuro? Rumbo al 2050, los próximos años serán cruciales para definir el rumbo de México.
En el ámbito político, el gran desafío será consolidar una democracia funcional y transparente, capaz de reducir la corrupción y garantizar la seguridad de los ciudadanos. La participación ciudadana, impulsada por las redes sociales y la tecnología, será clave para exigir mayor rendición de cuentas. El enemigo a vencer: la indiferencia.
El mayor reto, sin duda, será lograr un desarrollo sostenible y equitativo. México no puede permitirse repetir los errores del pasado, donde el progreso benefició a unos cuantos mientras millones quedaron rezagados. Los próximos 25 años deben ser los de la inclusión, la justicia social y la sostenibilidad ambiental.
México ha recorrido un largo camino desde las batallas de la Revolución hasta la era digital. El siglo XX nos dio identidad y estructura; el siglo XXI nos ha dado herramientas y oportunidades.
Una participación ciudadana real pondrá el destino de México en nuestras manos. ¿Estaremos a la altura del desafío? Lo que sigue es no tragarse el monito y hacernos responsables; porque hoy, se acaba la fiesta y el futuro no se hereda: se construye.
¡Feliz Día de Reyes!