La mañana de este lunes, feligreses, defensores de derechos humanos, integrantes de la iglesia católica y miembros de la comunidad, participaron en una misa de cuerpo presente del sacerdote tzotzil, Marcelo Pérez, asesinado este domingo en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Con una túnica blanca, una estola negra con flores coloridas y la imagen de la Virgen de Guadalupe, bordada según la costumbre del pueblo tzotzil, fue honrado dentro de su ataúd en su pueblo natal el sacerdote, “j’tatik” Marcelo Pérez.
En la plaza principal, frente a la iglesia de San Andrés Apóstol se montó un templete desde donde se ofició la misa en lengua tzotzil y español; además se rindieron homenajes.
Al lugar llegaron personas y sacerdotes de distintas diócesis del sur de México y del resto del país.
Durante la actividad, el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas, encabezó las exequias.
En esta reunión, las personas también aprovecharon para sostener las exigencias de justicia y que no quede impune el asesinato del presbítero.
La Diócesis de San Cristóbal señaló este domingo, tras el homicidio, que el padre Marcelo Pérez, quien había recibido amenazas por su labor como impulsor de los procesos de conciliación y paz en Chiapas, particularmente en Pantelhó.
El sacerdote, titular de la iglesia de Guadalupe en San Cristóbal de las Casas, fue asesinado a balazos cuando abordó su vehículo tras salir de oficiar una misa en el barrio de Cuxtitali.
Las primeras investigaciones apuntan a la autoría material de dos hombres en una motocicleta, que aún no han sido localizados.
En entrevista con medios de comunicación, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Rodrigo Aguilar Martínez, afirmó que están “dispuestos a perdonar a los agresores, a los homicidas y a quienes los mandaron, pero que recapaciten”.
Además, dijo que hasta el momento no hay información sobre la captura de algún responsable, pero exigió que se haga justicia.