En entrevista para Proyecto Puente, la originaria de Caborca dijo que en un principio no sabía que se dedicaría a la pintura y mucho menos que enseñar sería su vocación.
“Lo único que era seguro es que no quería saber nada con los números, mi papá fue contador y maestro universitario por 35 años y mi madre contadora pública”, agregó.
No fue hasta la preparatoria, casi a punto de graduarse, que por primera vez escuchó hablar de una carrera que llevaba pocos años en la Universidad de Sonora llamada Artes Plásticas.
“Yo en ese momento tenía una ligera inclinación hacia el diseño gráfico”, indicó para el medio.
Parra contó que sufrió sus primeros años de carrera, ya que se separó de su familia, amigos y novio (su actual esposo), para estudiar en Hermosillo “fue un shock emocional”, subrayó.
“Yo no tenía la menor idea a lo que venía, era la que menos sabía o al menos así me sentía, yo era de puras buenas calificaciones y menciones honoríficas. Pero, al llegar a la capital de Sonora ya no había dieces, la pasé muy mal”, recordó.
Mencionó que se solía encerrar en el baño a llorar porque no podía realizar algunas cosas que se le enseñaban en clase, inclusive llegó a pensar en salirse de la carrera en Artes Plásticas; no obstante, fue su padre quien la aconsejó que se quedara un tiempo para que tomara una decisión mesurada.
“Al final obtuve el mejor promedio de la licenciatura, pero no porque fuera la mejor sino porque yo no sabía nada al principio y siempre estuve abierta a lo que me enseñaran”, destacó.
El primer contacto laboral de Parra fue hacer trabajos por encargo, pero pasado el tiempo y una vez graduada, decidió irse a vivir a Estados Unidos porque ya había vendido algunas pinturas en dicho país.
Precisó que ha presentado su obra muchas veces en Los Ángeles y en varias partes de la República Mexicana, así como Canadá.
Al preguntar por cuál estilo se decanta, Caro Parra contestó: “No tengo uno definido como para decir que soy surrealista, expresionista, impresionista…Pero, sí considero que estoy influenciada por el color, que el claroscuro exprese algo, que a través del color mi obra hable”.
Además, tuvo influencia de la bohemia estadounidense por el tiempo que vivió en Phoenix, es por ello por lo que adoptó en aquellos primeros años como profesional un estilo pop “nada realista”.
“Cuando me vengo a vivir para acá (Hermosillo) yo ya traía lo que había vivido allá. Una vez estando aquí, me invita una amiga de la carrera a dar clases”, indicó.
Uno de los momentos que considera más importantes en su trayectoria es cuando conoció al maestro José Gregorio Rodríguez, el cual es originario de Venezuela y provocó un “boom” en la manera de percibir la docencia y el arte de la sonorense.
Para Caro Parra la pandemia fue punto de quiebre, la cual la ayudó a entender que ella podía dar clases donde quisiera.
“Tuve que cerrar mi taller Artemis de mi corazón, tuve que entregar el local, deshacerme de las cosas y guardar otras. Pero, luego comprendí que Artemis era yo y empecé a dar clases desde el primer día de la pandemia en línea y un año después en mi cochera”.
En Proyecto Puente, preguntamos a la caborquense cuál serían sus consejos para un joven que va empezando o quisiera involucrarse en el arte de la pintura.
“Anímate a buscar alguna clase que por el momento te ayude a dirigirte hacia lo que te guste, ahorita hay mil cosas como las redes sociales, YouTube, tutoriales. Antes lo único que teníamos era Bob Ross”, contestó.
Para cualquiera que busque ingresar al taller de dibujo y pintura Artemis, puede ponerse en contacto con la maestra Caro Parra en su cuenta de Instagram y en Artemis Taller