Un nuevo estudio descubrió que la personas deprimidas y/o ansiosas que se unieron a un programa de carrera y las que toman pastillas antidepresivas, experimentaron un nivel similar de mejora de la salud mental después de varios meses.
Quienes hicieron ejercicio tuvieron mayores beneficios para la salud física, pero aquellos que tomaron antidepresivos resultaron con más probabilidades de seguir el régimen durante todo tiempo.
La investigación fue realizada por científicos de los Países Bajos y al parecer es la primera de su tipo en intentar una comparación directa entre el ejercicio y los antidepresivos.
El experimento involucró a 141 pacientes diagnosticados con depresión y/o ansiedad que buscaron atención en una clínica ambulatoria.
Las y los pacientes se dividieron en dos grupos: uno donde asistieron a terapia de correr en grupo dos veces por semana, o tomaron inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), y cada programa duró 16 semanas.
Se preguntó a las y los voluntarios si estaban dispuestos a ser asignados aleatoriamente a estos grupos y, si no, eligieron el de su gusto.
La mayoría optó por su preferencia inicial y aproximadamente dos tercios eligieron el ejercicio.
Al final del período de estudio, alrededor del 44% de las personas de cada grupo experimentaron una mejora suficientemente clara en sus síntomas para considerarse en remisión.
Sin embargo, hubo diferencias importantes entre los dos grupos.
Quienes hicieron ejercicio también perdieron algo de peso y mejoraron la presión arterial y la función cardíaca general en promedio, en comparación con antes del estudio.
Mientras las y los pacientes que tomaban antidepresivos experimentaron un ligero aumento de peso y un aumento de la presión arterial.
Al mismo tiempo, solo el 52 % de las y los participantes en el grupo de corredores se sumaron completamente al programa, en comparación con el 82 % de quienes tomaron antidepresivos, a pesar de que el ejercicio es la opción preferida para la mayoría.
Los resultados del equipo fueron publicados en febrero en el Journal of Affective Disorders y se discutirán este fin de semana en la reunión anual del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP).
Los hallazgos muestran que tanto el ejercicio como los antidepresivos pueden tener un lugar para ayudar a tratar la depresión y la ansiedad, según la autora del estudio Brenda Penninx, profesora y epidemióloga de la Universidad Vrije en Ámsterdam,.
Sin embargo, cada uno viene con su propio conjunto único de consideraciones y desafíos.
“Los antidepresivos son generalmente seguros y eficaces. Funcionan para la mayoría de las personas.
Sabemos que no tratar la depresión en absoluto conduce a peores resultados; por lo que los antidepresivos son generalmente una buena opción.
Sin embargo, necesitamos ampliar nuestro arsenal de tratamientos ya que no todos los pacientes responden a los antidepresivos o están dispuestos a hacerlo”, dijo Penninx en una declaración publicada por el ECNP.
Y si bien el ejercicio puede ser una alternativa atractiva para muchos pacientes, la tasa de adherencia más baja observada en este estudio sugiere que muchas personas necesitan apoyo para ayudarlos a mantener su rutina.
“Decirles a los pacientes que deben salir a correr no es suficiente. Cambiar el comportamiento de actividad física requerirá una supervisión y un estímulo adecuados, como lo hicimos nosotros al implementar terapia de ejercicio en una institución de atención de salud mental”, agregó Penninx.
Investigaciones anteriores encontraron que el ejercicio, y particularmente ejercicio al aire libre, tiene beneficios para nuestro ánimo y salud cerebral en general.
Un estudio realizado a principios de este año encontró un vínculo entre ejercicio regular y mayor tolerancia al dolor.
Con información de Gizmodo