Sentir atracción por la pareja de una amistad es mucho más común y es a consecuencia del deseo mimético.
Este proceso fue descrito por primera vez en la década de 1970 por el filósofo René Girard, pero desde entonces, también lo estudian especialistas en psicología y neurociencia.
Se han analizado las causas evolutivas, sociales y neurológicas que llevan a las personas a desear fuertemente lo que quieren otras cercanas.
Orígenes del deseo mimético
Este fenómeno está compuesto por dos fases, según Girard:
En primer lugar está la mimesis, esto nos lleva a imitar a las personas que tenemos cerca.
Los humanos son animales sociales y es común contagiarse de las acciones de otras personas.
Sin embargo, la segunda fase es mucho más conflictiva: si un humano empieza a desear algo, posiblemente otro también lo haga.
Es así como la mimesis se transforma en deseo mimético.
La psicóloga Nicole Monteiro explica a IFLScience que este fenómeno no es algo de qué preocuparse o sentirse mal.
Estar atraído por la pareja de una amistad no es malo, lo que sí es dejarse llevar por esa atracción, porque los lazos se pueden romper.
La clave está en el cerebro
Especialistas en psicología han presentado algunas hipótesis sobre los orígenes del deseo mimético.
Por ejemplo, algunos piensan que podría estar relacionada con los sistemas de recompensa cerebrales.
Ver a una persona valorando algo o alguien activaría esos sistemas, provocando la liberación de dopamina, hormona que produce placer.
Estos sistemas, generalmente se activan con estímulos que con el tiempo son beneficiosos, como tener relaciones sexuales, comer algo con muchas calorías o responder a las drogas.
Sin embargo ¿Qué región nos lleva a desear a la pareja de un amigo?
Según un estudio realizado en 2012, hay dos regiones en el cerebro que llevan a desear a la pareja de una amistad.
El sistema de neuronas espejo y el sistema de valoración cerebral. El primero se activa cuando una persona realiza una acción determinada u observa a otra haciendo lo mismo.
Al sistema de valoración cerebral, incluye principalmente la corteza prefrontal ventromedial y el estriado ventral, pero en ocasiones van acompañados de regiones límbicas.
De algún modo todas estas regiones están asociadas con las emociones y la percepción de recompensa y tiene sentido que se activen cuando, por ejemplo, el humano empieza a tener atracción por la pareja de un amigo.
116 personas participaron en un estudio donde vieron videos de una serie de gomitas, en distintas circunstancias, pero siempre divididas de dos formas; o nadie las tocaba o una mano las manipulaba.
Después, pedían a las y los voluntarios valorarlas, según ciertos parámetros y, en general, todos preferían la pieza que otra persona agarró.
Mientras tomaban sus decisiones, estaban en una resonancia magnética funcional del cerebro, esta mostró la actividad preferente en las regiones mencionadas.
Relación con los trastornos de la conducta alimentaria
El deseo mimético también se puede percibir de formas más peligrosas y se puede asociar a trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia.
En un artículo de IFLScience sobre el deseo mimético ponen de ejemplo al cantante Eric Clapton, quien se enamoró de la esposa de su mejor amigo, George Harrison.
La obsesión de la mujer terminó dejando a su marido para casarse con Clapton, sin embargo sólo duraron 10 años.
Después de ese tiempo, el cantante reconoció que su atracción nació del deseo por tener lo mismo que una persona tan poderosa como George Harrison.
Con información de Hipertextual