Agentes de University Place respondieron a una llamada al 911 sobre un automóvil robado en Washington, donde el final fue poco casual.
Al llegar los policías, persiguieron el vehículo hasta poncharles las llantas, por lo que, los sospechosos salieron y huyeron hacia un bosque.
Como los ladrones no se alcanzaban a ver, el sargento improvisó una escena esperando a revelaran su ubicación.
Mientras la policía rodeaba el área, un agente vio a dos de los sujetos escondidos cerca de un arroyo y utilizó una táctica bastante singular.
“No nos obligues a soltar nuestro K-9″, gritó el sargento antes de ladrar como un perro.
Sin embargo, la técnica le funcionó y los cuatro sospechosos salieron del arroyo y se rindieron.
Los perros K9 hacen referencia a lo que se conocen como policías, usados para rescate, búsqueda de drogas o protección.
Con información de La Opinión