Hermosillo, Sonora.- Un ángel de cuatro patas, color negro con café y de raza pequeña, llegó a la vida de Daniela Ballesteros hace más de 17 años, cuando solo era una niña.
La perrita Brandy y Daniela crecieron juntas y se han hecho compañía en las diferentes etapas de sus vidas.
La joven, de 28 años, enfatizó lo importante que es crecer con una mascota y tener a alguien que se alegre al momento de verte llegar a casa, aunque sea de otra especie.
“Cuando me fui de intercambio por seis meses hacía videollamadas con mi mamá y estaba ahí Brandy, se me quedaba viendo. Yo le hablaba y ella estaba ahí atenta. Cuando regresé me acerqué a verla, le hablé y creo que no me reconoció porque me ignoró, pero con el tiempo se acercó más a mí”, mencionó Daniela.
A la familia de Daniela le regalaron a Brandy cuando era una cachorra y se convirtió la mascota de la familia.
Cuando Daniela creció y tuvo su primer trabajo, comenzó a hacerse cargo por completo de la chihuahueña, desde llevarla al veterinario, comprarle su comida, bañarla, entre otras responsabilidades.
Sin embargo, fue cuando empezó la pandemia por covid-19 en 2020 que ambas se hicieron más cercanas, pues Daniela comenzó a trabajar desde su casa y tuvo la oportunidad de convivir las 24 horas del día con su mascota.
“Ya que empecé a ganar mi dinero empecé a comprar su comida y atenderla, pues si está enferma o llevarla a bañar. Luego llegó la pandemia y me sirvió para conectar más con ella y estar más al pendiente de ella; a veces no le dedicas el tiempo que quisieras y con la pandemia se hizo más fuerte nuestro vínculo, digo yo, como más especial”, enfatizó la madre humana de Brandy.
En ese sentido, la psicóloga clínica y tanatóloga tras pérdidas de mascotas, Claudia Chavarín, destaca que cuando fallece un animal que forma parte importante de las familias, se debe trabajar desde el área de la psicología porque el duelo es similar al perder un familiar o ser querido.
“Es super importante que nos rodeemos de personas que no minimicen nuestros sentimientos; al momento de despedir una mascota la primera etapa del duelo es la negación…, otra de las etapas es la ira ‘¿por qué no hice más o lo traté a tiempo?’.
Luego viene la tristeza de perder a un ser pequeño que no juzga y detecta cuando estamos bien o mal; luego empieza la aceptación donde decimos ‘ok, ya era una mascota grande y yo le di la mejor calidad de vida”, explicó Chavarín sobre el proceso de pérdida.
Tras 17 años de vida, amor, cariño y muchos juegos con la familia Ballesteros García, a Brandy le fue diagnosticado cáncer en una etapa inicial, insuficiencia renal, entre otras enfermedades complicadas de tratar por los especialistas, pues por su edad deben tomar medidas más estrictas, desde los cuidados, alimentación y medicamento.
De ser una perrita muy activa y juguetona, Brandy pasa la mejor parte del día acostada o dormida por el cansancio de 17 años y sus enfermedades. Daniela la saca a tomar el sol en algunos momentos del día, pero Brandy se cansa muy rápido.
“Conforme fueron pasando los años le empezaron a salir las canas, ahorita Brandy está llena de canas. Cuando adoptas un perro sabes que tomas una responsabilidad, y ahora que es un adulto mayor, pues es más responsabilidad darle sus medicamentos y el alimento ideal adecuado a su edad y problema de salud”, detalló Daniela respecto al estado de salud de Brandy.
Finalmente, Daniela Ballesteros comentó que a pesar de que no llevó a Brandy físicamente a ocasiones especiales como su graduación, la perrita siempre estuvo en su casa acompañándola en estos momentos felices, pero también le demostró cariño cuando se complicaron las cosas en su vida personal y fue de gran soporte emocional.
Por lo anterior, Daniela intenta darle a Brandy la mejor calidad de vida y hacer más ameno el tiempo que estén juntas.