Un donante de semen holandés, Jonathan N., fue demandado por no respetar el límite que las clínicas holandesas de fertilización permiten de 25 niños nacidos por donante.
De acuerdo con la fundación holandesa Donorkind, al hombre se le atribuyen al menos 550 hijos en Países Bajos y otros países. La organización, que se dedica al encuentro de hijos y hermanos nacidos mediante la donación de semen, señala que el hombre incluso ofreció sus servicios a escala internacional por internet.
Desde 2017, la Asociación de Ginecólogos y Obstetras puso a Jonathan N. en la lista negra de las clínicas neerlandesas al advertir que el hombre tenía 102 hijos con la mediación de 11 clínicas, por lo que Jonathan comenzó a ofrecer sus servicios a través de internet.
Las clínicas holandesas de fertilización pusieron el límite de 25 hijos o la ayuda a 12 familias por donante para evitar que se produzcan incestos involuntarios a edad adulta y para que no haya tantos hermanos en diferentes familias, ya que puede provocar problemas psicológicos en los descendientes.
El hombre fue demandado por la fundación Donorkind y por una de las madres inseminadas llamada Eva, que señaló que al momento de hacer el proceso, el hombre dijo que no había engendrado a más de 25 hijos.
“Si hubiera sabido que ya había tenido más de cien hijos, nunca lo hubiera elegido. Cuando pienso en las consecuencias que esto podría tener para mi hijo, me quedo con mal cuerpo y me entra la incertidumbre sobre su futuro: ¿cuántos hijos más habrá?, la única forma de que pare es llevarlo a los tribunales”, señaló Eva.
El abogado de Donorkind, Mark de Hek,señaló que el donante está actuando de forma ilegal al “anteponer su impulso reproductor”, por lo que pide la destrucción de su esperma almacenado en las clínicas.
Los médicos holandeses mantienen el anonimato del donador de esperma, lo que provoca que no se tenga con certeza el número de hijos por donante.
“Nos parece poco ético que se mantenga el anonimato del donante, y que puedan operar también en el extranjero”, señaló Ties van der Meer, presidente de Donorkind. De acuerdo con él, este anonimato no toma en cuenta los derechos de los niños.
La fundación Donorkind ha identificado al menos diez ginecólogos neerlandeses que han usado su propio semen sin conocimiento de las mujeres que querían quedarse embarazadas en clínicas de fertilidad.