Apenas días después de que el norte de California fue azotado por una fuerte tormenta se espera que otro fenómeno meteorológico —un ‘río atmosférico’— llegue al mismo estado a última hora de la noche de este martes.
Se prevé que las condiciones extremas se prolonguen hasta el jueves, seguidas de otras a lo largo de la semana. “En pocas palabras, este será probablemente uno de los sistemas de mayor impacto a gran escala que este meteorólogo ha visto en mucho tiempo”, dijo la oficina del Servicio Meteorológico Nacional del Área de la Bahía en su pronóstico del tiempo.
Ante ese panorama hay en vigor alertas de tormenta invernal, de inundaciones y de fuertes vientos para gran parte del centro y norte de California, incluyendo San Francisco, San José y Sacramento.
El Servicio Meteorológico advirtió que los vientos podrían alcanzar rachas de 70 millas por hora, casi en el umbral de vientos con fuerza de huracán, en algunas zonas de la bahía de San Francisco.
El impacto de la tormenta se verá agravado por el hecho de que los suelos ya se encuentran saturados en la mayor parte del norte de California: hay ríos crecidos, vastas zonas inundadas y diques afectados a lo largo del río Cosumnes del condado de Sacramento, según los expertos. Esto traerá consigo la amenaza de nuevas inundaciones y posibles deslaves.
“Estamos ante un sistema realmente brutal que debe tomarse en serio”, declaró el Servicio Meteorológico Nacional. “Las consecuencias serán inundaciones generalizadas, carreteras destrozadas, laderas derrumbadas, árboles caídos, cortes de electricidad generalizados, interrupción inmediata del comercio y, lo peor de todo, la probable pérdida de vidas humanas”, agregó.
Los ríos atmosféricos son corrientes de aire largas y estrechas que pueden transportar grandes cantidades de vapor de agua miles de kilómetros, desde los trópicos hasta las latitudes más frías del norte. Cuando alcanzan el terreno montañoso de Norteamérica, gran parte de esa humedad cae a tierra en forma de lluvia y nieve, lo que a veces puede causar inundaciones catastróficas.
Los científicos afirman que el cambio climático está exacerbando la humedad de los ‘ríos atmosféricos’, lo que les permite arrojar mayores cantidades de lluvia y nieve. Un equipo de investigación del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego ha descubierto que los daños causados por las inundaciones provocadas por las tormentas fluviales atmosféricas podrían triplicarse y pasar de 1,000 millones de dólares anuales a más de 3,000 millones de dólares anuales a finales de siglo, salvo que se tomen medidas para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Paradójicamente, California sigue sufriendo una grave y prolongada sequía. Estudios recientes reflejaron que el cambio climático aumenta las posibilidades de que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos, como la rápida transición experimentada en California, que pasó de una sequía plurianual récord a inundaciones.
Según un estudio, en el siglo XXI aumentó la frecuencia de las inundaciones, con un incremento probable de entre el 25% y el 100% de los “episodios de precipitación”, aunque la cantidad media de lluvias anual no haya variado.
“Esta intensificación del ciclo hidrológico supondría un serio desafío para las actuales infraestructuras de almacenamiento de agua, transporte y control de inundaciones de California”, según el estudio publicado por Nature Climate Change.
La tormenta de Nochevieja provocó que el centro de San Francisco experimentara su segundo día natural más lluvioso jamás registrado: 5.46 pulgadas de lluvia. Las montañas de Sierra Nevada registraron 7.5 pulgadas de nieve en apenas una hora el 31 de diciembre.
Información de Univisión
Se prevé que las condiciones extremas se prolonguen hasta el jueves, seguidas de otras a lo largo de la semana. “En pocas palabras, este será probablemente uno de los sistemas de mayor impacto a gran escala que este meteorólogo ha visto en mucho tiempo”, dijo la oficina del Servicio Meteorológico Nacional del Área de la Bahía en su pronóstico del tiempo.
Ante ese panorama hay en vigor alertas de tormenta invernal, de inundaciones y de fuertes vientos para gran parte del centro y norte de California, incluyendo San Francisco, San José y Sacramento.
El Servicio Meteorológico advirtió que los vientos podrían alcanzar rachas de 70 millas por hora, casi en el umbral de vientos con fuerza de huracán, en algunas zonas de la bahía de San Francisco.
El impacto de la tormenta se verá agravado por el hecho de que los suelos ya se encuentran saturados en la mayor parte del norte de California: hay ríos crecidos, vastas zonas inundadas y diques afectados a lo largo del río Cosumnes del condado de Sacramento, según los expertos. Esto traerá consigo la amenaza de nuevas inundaciones y posibles deslaves.
“Estamos ante un sistema realmente brutal que debe tomarse en serio”, declaró el Servicio Meteorológico Nacional. “Las consecuencias serán inundaciones generalizadas, carreteras destrozadas, laderas derrumbadas, árboles caídos, cortes de electricidad generalizados, interrupción inmediata del comercio y, lo peor de todo, la probable pérdida de vidas humanas”, agregó.
Los ríos atmosféricos son corrientes de aire largas y estrechas que pueden transportar grandes cantidades de vapor de agua miles de kilómetros, desde los trópicos hasta las latitudes más frías del norte. Cuando alcanzan el terreno montañoso de Norteamérica, gran parte de esa humedad cae a tierra en forma de lluvia y nieve, lo que a veces puede causar inundaciones catastróficas.
Los científicos afirman que el cambio climático está exacerbando la humedad de los ‘ríos atmosféricos’, lo que les permite arrojar mayores cantidades de lluvia y nieve. Un equipo de investigación del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego ha descubierto que los daños causados por las inundaciones provocadas por las tormentas fluviales atmosféricas podrían triplicarse y pasar de 1,000 millones de dólares anuales a más de 3,000 millones de dólares anuales a finales de siglo, salvo que se tomen medidas para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Paradójicamente, California sigue sufriendo una grave y prolongada sequía. Estudios recientes reflejaron que el cambio climático aumenta las posibilidades de que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos, como la rápida transición experimentada en California, que pasó de una sequía plurianual récord a inundaciones.
Según un estudio, en el siglo XXI aumentó la frecuencia de las inundaciones, con un incremento probable de entre el 25% y el 100% de los “episodios de precipitación”, aunque la cantidad media de lluvias anual no haya variado.
“Esta intensificación del ciclo hidrológico supondría un serio desafío para las actuales infraestructuras de almacenamiento de agua, transporte y control de inundaciones de California”, según el estudio publicado por Nature Climate Change.
La tormenta de Nochevieja provocó que el centro de San Francisco experimentara su segundo día natural más lluvioso jamás registrado: 5.46 pulgadas de lluvia. Las montañas de Sierra Nevada registraron 7.5 pulgadas de nieve en apenas una hora el 31 de diciembre.
Información de Univisión