Columna ¿Qué sigue?
“Le haré una oferta que no podrá rechazar”.
En cuanto a producciones cinematográficas, difícilmente se puede encontrar algo mejor realizado que “THE GODFATHER” en español, “EL PADRINO”. Lo que, si raramente sucede, ambos títulos que son la exacta traducción unos del otro, y así tuvieron un posicionamiento extraordinario en la atención de la gente, como ningún otro título en la historia. Lo adicionalmente insólito es que una serie de líneas de dialogo pasaron a también a la consagración y en algunos países hay personas que practican el parafraseo total de la trama.
Esta increíble producción, fue un éxito estadounidense en 1972 de la compañía Paramount Pictures que generó un ingreso bruto de poco más de 280 millones de dólares de los de aquellos de hace ya, 50 años.
Por estos días en las políticas del presidente estadounidense John Biden destaca en los titulares informativos una propuesta más en torno a la descriminalización de uso y posesión de mariguana, con lo que dirige sus pasos hacia su despenalización, cumpliendo una promesa de campaña de borrar las condenas federales previas por posesión y comenzando el proceso de relajar potencialmente la clasificación federal de la droga.
Políticas de despenalización de drogas en la práctica en todo el mundo, muestran que países y estados tan dispares como Bélgica, Estonia, Australia, México, Uruguay, los Países Bajos o Portugal han adoptado diferentes modelos de despenalización. Pero esto no es absolutamente nada nuevo; algunos países, como España, han adoptado un enfoque no delictivo del consumo de drogas desde la década de 1970.
Biden perdonó hace poco más de una semana todos los delitos federales previos por simple posesión de esta común droga, una medida que naturalmente tendrá impacto en los procesos de miles de acusados y procesados por cometer ese delito.
Aunque el tema tiene demasiadas aristas, este tipo de acciones tienen una cara constructiva desde donde se puede concluir, por ejemplo, que las personas que recibieron sanciones penales tienen más probabilidades de sufrir consecuencias negativas recluidos en un centro penitenciario, ya que estos han comprobado ser universidades del crimen.
Sencillamente esta batalla está perdida, desde que tiene una verdadera gran enemiga y esa es la condición humana y su debilidad por lo prohibido. Nada hace más atractivo su consumo que la prohibición y tampoco nada lo hace más rentable. La prueba es que nadie tiene un cartel especializado en “Thiner o Resistol”, que también son drogas y se usan bastante. Sólo que no está prohibida su venta, solo observada.
Regresando al tema de la película, la historia comienza en el verano de 1945, cuando se celebra la boda de Connie (Talia Shire) y Carlo Rizzi (Gianni Russo). Connie es la hija de Don Vito Corleone (Marlon Brando), cabeza de la familia Corleone, y jefe de una de las cinco familias que ejercen el mando en la ciudad de Nueva York. Uno de los momentos parafraseados para siempre, corresponde precisamente a esta polémica, el abordaje de “la organización” al negocio de los narcóticos.
“Dije que te vería porque había oído que eras un hombre serio, que debía ser tratado con respeto. Pero debo decirte que No; y déjame darte mis razones. Es cierto que tengo muchos amigos en la política, pero no serían tan amistosos si supieran que mi negocio es la droga en lugar del juego, que consideran un vicio inofensivo. Pero las drogas, eso es un negocio sucio.”
En el Padrino I, Don Vito Corleone, rechaza tajantemente la participación de la familia en la nueva modalidad de la actividad delictiva de las mafias italianas de la época y que se organizaba en familias, como fue en la vida real. Eventualmente y con la muerte de su hijo, deja pasar la propuesta para evitar el derrame de sangre.
“Porque creo que este negocio de las drogas nos destruirá en los próximos años. Quiero decir, no es como el juego o el licor, incluso las mujeres, que es algo que la mayoría de la gente quiere hoy en día y les está prohibido… por la iglesia.”.
El Padrino, está basado en la novela homónima y de de Mario Puzo, quien adaptó el guion. Es claro a través de la trama de 3 entregas, se marca el antes y el después de lo que se convirtió en el cáncer terminal de la sociedad en que vivimos, aunque sea ficción. Tal vez la discusión sobre el uso de las drogas nos lleve a entender que el problema radica en su prohibición, pero sólo hasta cierto punto.
La realidad es que las drogas están 100 porciento disponibles todo el tiempo y su ilegalidad no ha retenido su mercado, lo ha alimentado. Sin embargo, los últimos años hemos sido testigos de los estragos de la venta y uso de narcóticos que no son ya el resultado de pretender pasar un tiempo “arriba”. Son sustancias suicidas que ya no pueden ser llamadas drogas, sino “humanicidas”, porque ocupas un escondido deseo por la muerte antes de consumirlas.
Cada quien tiene su frase preferida en lo de la trama del padrino, la sociedad tiene sobre la mesa “la oferta que no puede rechazar” y es la de salvarse.
En lo personal mi frase favorita del padrino es:” La Grandeza no es nata, el ser humano crece hacia su propia grandeza”. La sociedad tiene la elección de crecer hacia su propia grandeza todo el tiempo, pero primero ocupa conocerse.
Las nuevas generaciones seguro disfrutarán ver las tres películas, es buena idea invitarlos, sería lo que sigue.