Si nosotros sufrimos no depende de lo que nos rodea. Depende de nosotros mismos, de como percibimos lo que nos rodea.
Generamos diálogos que en lugar de acercarnos a lo que queremos o necesitamos ser, hacer o tener, nos alejan.
Esto me recuerda el cuentito del burro que ayudaba a su dueño a cargar sus cosas. Un día resbaló y cayó en un hoyó profundo.
El dueño del burro y otros campesinos se acercaron alrededor y quedaron sorprendidos al ver que el burro había sobrevivido a la caída.
Sin embargo, el hoyó era tan profundo que no podían de ninguna manera sacarlo. Así que decidieron alejarse y dejarlo morir.
Pero el burro empezó a rebuznar y rebuznar y rebuznar, que hizo que los campesinos decidieran regresarse y empezaron a lanzar tierra dentro del hoyo para sepultarlo y así terminar con su desgracia.
Cuando el burro sintio la tierra caer sobre él, se la sacudió, apisonándola en el suelo con las patas.
Los campesinos continuaron hechando la tierra y el burro apisonándola en el suelo con sus patas. Así que poco a poco la tierra debajo de los cascos del burro comenzó a amontonarse, acercándolo más y más a la boca del hoyo.
Cuando la tierra se apiló, el burro subió a la superficie y se liberó del hoyo.
Lo que parecía ser un acto cruel y de destrucción, el burro lo tomo como una oportunidad para salir del hoyo.
Aún cuando los campesinos lo hacían para evitarle más sufrimiento, la intención del acto era terminar con su vida.
Pero, ¿qué hizó el burro? Aprovecharlo y así salir de una situación que se veía que no tendría un final feliz.
Por lo que, es una elección que hacemos con lo que nos sucede en cada momento, para que lo utilizamos: para ir hacia “arriba” o para ir hacia “abajo”. O de plano nos dejamos morir, como hubiera pasado con este burro.
¿Qué estamos eligiendo hacer en este momento, con lo que nos sucede?
Tenemos una idea de como “deberían” de ser las cosas y sufrimos cuando no son como nosotros creemos o queremos que sean.
No se trata de cambiar lo de afuera, para sentirnos bien, para tener paz, ni para vivir en armonía; se trata de hacernos responsables de nuestra vida y aprovechar los momentos.
Así que “en cada dificultad, hay una oportunidad”