Hermosillo, Sonora.- Tras perder la movilidad de sus piernas a los 13 años, Fernando Acuña Verdugo buscó la forma de sobrellevar esta condición; hoy trabaja como guía de automovilistas en el estacionamiento del Mercado Municipal II, “Roberto Astiazarán Espinoza”.
El hermosillense compartió en entrevista para Proyecto Puente, que tiene poco más de dos años en el oficio.
El trato con la gente, señaló Fernando, es lo que más le gusta de su actividad, sin importar casos de discriminación.
“Al principio fue como una fuente de trabajo personal, pero yo me fui metiendo como no queriendo y tuve problemas, porque empecé en otra área a sacar carros, había trabajado para el área de estacionamiento, pero en una zona de ricos, allá tenían una plaza para el lado del Navarrete y ahí me encargaba yo, entonces ahí era un poquito más tranquilo, porque cabían, cuando mucho, 14 carros, 6 de un lado, 8 del otro y no era mucha la gente que entraba, pero ahí fue donde yo aprendí a dirigir el tráfico”, relató.
El hombre de 38 años platicó que al principio acudía al Mercado No. 2 para distraerse y para ganar unos cuantos pesos, pero al ver el área de oportunidad para él, donde generaría mejores ingresos que con su venta de dulces, decidió aplicarse y dedicarle tiempo..
“Yo venía, me distraía, levantaba unos pesitos y me iba, igual tenía mi venta de dulces, pero cuando ya empecé a ver que aquí había manera de que sí hacíamos las cosas bien se podía generar más ingresos, pues me fui clavando un poquito más y ya empecé a trabajar más seguido, venía todos los días dos o tres horas, al rato cuatro o cinco horas, al rato ya agarré mi horario”, contó.
Fernando reconoció las dificultades en su trabajo y su vida diaria por su discapacidad, entre ellas destaca la discriminación de la gente, quienes en ocasiones lo agreden de formas despectivas o indiferencia.
“Al principio sí era de que: ‘Oye, quién te metió aquí’, ‘Oye porqué estás aquí, tú no eres nadie’ y muchas cositas así que me fueron haciéndome decir: ‘Pues ¿qué negocio aquí?, vámonos’, pero mucha gente también me decía cosas como: ‘Oye, qué suave, qué machín te mueves entre los carros’, y eso hacía que me quedará, entonces siempre ha habido cosas que hacían que me iba o que me quedará. En eso que me voy, me quedo, me voy, me quedo, ya han pasado dos años y dos meses”, mencionó.
Acuña Verdugo explicó que su condición es por una enfermedad inflamatoria llamada, espondilitis anquilosante, esto lo mantuvo en el hospital durante un año y cinco meses.
“Yo era normal, a los 13 años cruzaba la secundaría, ahí en la 24, ahí abajo del Cerro de la Campana, y pues brincaba y volaba el cerro como si nada, iba y venía y no pasaba nada, de repente un día me despierta mi madre y me dice: ‘Oye levántate que hay que ir a la escuela’ y me levanto, pero no me puedo mover, me dije: ‘Estoy soñando’ y me vuelve a mover mi mamá y ya me di cuenta de que no estaba soñando y le dije que no me podía mover”, externó.
La espondilitis anquilosante es una enfermedad que empieza en la columna vertebral como una espondilosis; Fernando la describió como un dolor intenso y permanente.
“En mi columna vertebral, has de cuenta que los cartílagos entre los huesitos, se perdieron, ahora es hueso con hueso, entonces eso lo que hace que yo no pueda tener la misma movilidad que tengo siempre, entonces eso me limitó mucho”, precisó.
El hombre confesó que el nivel de dolor, en una escala del 1 al 10, es del 8, por eso está en constante tratamiento con desinflamatorios, los cuales deben de variar, según los doctores, el cuerpo se habitúa a un mismo medicamento.
“Se me inflama la columna y pierdo movilidad, si mi columna está desinflamada es entonces cuando empiezo a sentir el dolor, entonces los analgésicos no harían nada, porque no es el dolor lo que afecta, si no las inflamaciones, entonces lo que hay que hacer es administrar desinflamantes para que baje”, aclaró.