Este 25 de noviembre se conmemoran 21 años del primer Dia Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un mecanismo impulsado un 17 de diciembre de 1999, cuando a través de la resolución 54/134 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se declara de manera oficial, para rememorar el brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, que murieron por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo.
El denominado “Día Naranja”, busca visibilizar y reconocer la violencia estructural desde una perspectiva de Derechos Humanos, a partir de contextos de reflexión que aporten mayor consciencia sobre las desigualdades de género, y marquen la agenda para impulsar estrategias encaminadas a promover y consolidar políticas públicas en el mundo que permitan la erradicación de todo tipo de violencia contra las mujeres.
De acuerdo a las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), hasta un 70% de las mujeres en el mundo, sufren violencia en alguna etapa de su vida. El 35% de las mujeres y las niñas sufren alguna forma de violencia física o sexual; y en algunos países esta cifra asciende al 70%.
En países de África y Oriente Medio y Asia, alrededor de 133 millones de niñas y mujeres han sufrido alguna forma de mutilación/ablación genital. Aún que en muchos países esta práctica está penalizada, culturalmente no se ha podido erradicar, y continúa violentando brutalmente a niñas entre su periodo de lactancia y los 15 años.
En países como Pakistan, Iran, Afganistan, Indonesia, las mujeres deben cubrirse el rostro, y en ocasiones de la cabeza a los pies, e incluso el rostro. La decisión para mostrar el rostro o alguna parte del cuerpo, de caminar por la calle sola, de dirigir la palabra a una persona del sexo opuesto, es controlada por los hombres, parejas, hermanos, padres. Hasta hace poco las mujeres habían conseguido autorización para conducir un automóvil o andar en bicicleta. Sin embargo, en algunos de esos países muchos de esos derechos reconocidos, se encuentran en crisis actualmente.
En algunos otros países como Indonesia, Singapur, Jordania o India las relaciones sexuales forzadas de una niña por parte de su marido son legales. Aunado a ello, el matrimonio infantil tiene una alta incidencia alrededor de todo el mundo, incluso en los países desarrollados como los Estados Unidos o el Reino Unido, esta práctica es recurrente y aceptada, acorde con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Por su parte, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), indica que “hoy en día, la cifra de mujeres y niñas casadas antes de cumplir 18 años alcanza los 650 millones. El 21 por ciento de las mujeres jóvenes (de entre 20 y 24 años) en el mundo fueron obligadas a casarse siendo aún niñas.”
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En México, la violencia contra las mujeres es una realidad que sigue alarmando en cifras, y al mismo tiempo, limitando el desarrollo óptimo de las mujeres en los ámbitos públicos y privados.
Todos los días, en promedio, 32 niñas de entre 10 y 14 años dan a luz en México, según los datos del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), dejando de lado la oportunidad de decidir sobre su cuerpo y sobre su vida, impactando en su pleno desarrollo, e incluso con afectaciones en la salud.
Por otro lado, el Estado Mexicano sigue sin poder disminuirá las cifras de violencia contra las mujeres y niñas, ocupando desde hace varios años el primer lugar mundial en abuso sexual, primer lugar en pornografía infantil y primer lugar en embarazo en adolescentes. (INMUJERES)
La lucha por erradicar la violencia contra las mujeres y niñas, sigue siendo necesario y debe seguir permanente. Los esfuerzos de todos los países, de instituciones y sociedad en general deben estar abocados a visibilizar, prevenir, atender y actuar a favor de una sociedad igualitaria y justa.