Columna Agenda Abierta
Garantizar instalaciones para la prestación de servicios de salud y hacerlo con un alto nivel de calidad es el planteamiento básico estructural de la política pública en materia de salud.
Además, de manera complementaria a la calificada oferta de cobertura y calidad en los servicios de salud, es parte fundamental de una acción de gobierno comprometido con la sociedad, que se existan mecanismos de vacunación eficiente y proveer oportunamente medicamentos a los derechohabientes, así como a los ciudadanos inscritos, antes en el Seguro Popular, y ahora en el inacabado INSABI.
Sin embargo, uno de los puntos más acreditados en el mundo en materia de salud se refiere a los programas de prevención de enfermedades, a la posibilidad de adelantarse en el tiempo y evitar que grandes segmentos de la población sufran enfermedades mortales y costosas en su atención.
Dentro de un grupo importante de enfermedades se encuentran dos factores que son detonantes de las mismas y que lentamente se ubican en los principales problemas de impacto a la salud, a la calidad de vida y a la economía de las personas, las familias y empresas: el sobrepeso y la obesidad.
El sobrepeso y la obesidad son importantes factores de riesgo de enfermedades no transmisibles, como son enfermedades cardiovasculares, principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, que fueron la principal causa de muertes en 2012, así como la Diabetes, que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, afecta a más de 8.7 millones de personas, lo que equivale al 10.5% de la población de 20 y más años.
De las personas diagnosticadas con diabetes, el 43.9% ha sufrido como consecuencia disminución de la visión, a 8.7% le ha bajado el azúcar y ha requerido auxilio de otras personas y 7.1% ha tenido úlceras en piernas o pies.
La obesidad y el sobrepeso provocan recurrentemente trastornos del aparato locomotor, en especial osteoartritis, enfermedad degenerativa de las articulaciones altamente discapacitante, así como algunos cánceres, según se ha registrado, en el endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula biliar, riñones y colon.
En 2016, un grupo multidisciplinario de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estimó en más de 120 mil millones de pesos el costo de la obesidad en el país al año, lo que equivale a poco más de dos veces el costo de la línea 12 del Sistema Colectivo Metro.
El sobrepeso y la obesidad, explicaron, tienden a propiciar una serie de enfermedades como la hipertensión arterial y diabetes, padecimientos que ocasionan otras enfermedades que afectan tanto la calidad de vida, como el bolsillo de los enfermos y sus familiares, así como la economía y la productividad del país.
A los costos de estas enfermedades, por conceptos de prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, debemos sumar lo que se pierde por la incapacidad temporal o permanente o desafortunadamente la mortalidad que conllevan estos padecimientos.
La obesidad en México, durante el 2008, representó un costo económico de 42 mil millones de pesos, lo que significa 13% del gasto total en salud de ese año, llegando al 2017 a cerca del doble con más de 83 mil millones de pesos
Las personas y las familias han venido aumentando desde el año 2000 los costos en lo que se refiere a los gastos médicos directos, básicamente en rubros como son la detección y tratamiento de las principales enfermedades relacionadas con la obesidad.
El costo total ha aumentado de 35 millones 429 mil de pesos en el año 2000, a un estimado de 67 millones 345 mil pesos en 2008. Para el año 2017, el costo total ascendió a 150 millones 860 mil pesos.
Los registros nos indican que la obesidad aumenta en 36% los costos hospitalarios y 77% en el uso de fármacos, montos significativamente mayores que los ocasionadas por el tabaquismo, 21% y 28% , respectivamente.
La obesidad es una enfermedad presente de manera frecuente en la población y con un impacto negativo en la salud, pero con un impacto casí imperceptible en la economía de las familias, del gobierno y de las empresas.
Una impactante dimensión del problema del sobrepeso y la obesidad es su naturaleza económica y social, que se refleja en los los gastos relacionados con la pérdida de productividad, ocasionada por la inasistencia al trabajo, el mal desempeño o el bajo rendimiento en la jornada laboral; así como los costos ocasionados por las incapacidades, la muerte prematura y los seguros de salud.
Estimaciones realizadas en México señalan que el costo económico que generó la obesidad en 2008 fue de 42 mil millones, creciendo a. mas de 101 mil millones de pesos para el 2017, aún cuando se han incrementado las medidas preventivas en el sector salud.
En nuestro estado, la implementación de acciones para atender y prevenir el sobrepeso y la obesidad, tanto en áreas urbanas como rurales, son claves para combatir su avance. Parte importante en esta valiosa cruzada debe incluir la instrumentación de políticas educativas y de una cultura alimentaria.
En Sonora, si bien la obesidad se ubica en el séptimo lugar en cuanto a número de enfermos al año, el número de muertes por enfermedades de corazón y por diabetes mellitus se ubican como primera y tercera causas de muerte en la entidad, siendo la obesidad un factor relevante en este comportamiento.
Si no se implementa una acción integral para atacar la obesidad en México y en Sonora, en los próximos años los registros de padecimientos y las cifras revisadas podría crecer aún más, lo cual pondría en riesgo, además de la salud pública del país, la vida de millones de personas.
Por Moisés Gómez Reyna
@gomezreyna
