Los científicos finalmente han detectado la colisión de una estrella de neutrones con un agujero negro, en un gran avance para el estudio de las complejas ondas gravitacionales.
La colisión de dos agujeros negros y sus respectivas compañeras estrellas de neutrones ocurrió en dos galaxias a unos 900 millones de años luz de la Tierra.
Las ondas en el espacio-tiempo que causó la dramática colisión han estado viajando a través del espacio desde entonces.
En enero del año pasado, una golpeó la Tierra, mientras que otra pasó 10 días después.
Los dos conjuntos de ondas gravitacionales marcan un gran avance en nuestra comprensión del cosmos y finalmente podrían arrojar luz sobre los procesos en gran parte misteriosos pero dramáticos que han dado forma al universo.
Las observaciones de la colisión y las ondas gravitacionales que enviaron a través del universo podrían revelar algunos de sus misterios más profundos, incluida la forma en que se construye la materia y el funcionamiento fundamental del espacio y el tiempo.
“Estas colisiones han sacudido el Universo hasta su núcleo y hemos detectado las ondas que han enviado a toda velocidad a través del cosmos”, explicó Susan Scott, coautora de la nueva investigación, que se publica en The Astrophysical Journal Letters.
“Cada colisión no es solo la unión de dos objetos masivos y densos. Es realmente como ‘Pac-Man’, con un agujero negro que se traga por completo a su estrella de neutrones compañera”, detalló.
Los científicos han estado buscando estrellas de neutrones que orbitan alrededor de agujeros negros en nuestra galaxia durante décadas, pero no habían encontrado nada.
“Estos son eventos notables y hemos esperado mucho tiempo para presenciarlos. Así que es increíble capturarlos finalmente”, destacó Scott.
‘La pieza faltante’
Durante años, las ondas gravitacionales fueron en su mayoría teóricas, y nadie nunca había observado una directamente.
Pero en 2016, los científicos anunciaron que habían visto ondas en el espacio-tiempo expulsadas por la colisión de un par de agujeros negros, y desde entonces las han estado usando para observar otros fenómenos en todo el cosmos.
En el pasado, los investigadores han utilizado ondas gravitacionales para detectar colisiones entre pares de agujeros negros y estrellas de neutrones.
Pero el nuevo hallazgo marca la primera vez que los ven chocar entre sí, en una fusión “mixta”.
Significa que los científicos ahora pueden finalmente armar la “pieza faltante de la imagen familiar”, comentó Chase Kimball de la Universidad Northwestern, quien fue el autor del estudio.
Los científicos ahora pueden recopilar detalles de los tres tipos de fusiones, que a su vez podrían revelar nuevos conocimientos sobre el universo.
La primera de las dos fusiones se detectó el 5 de enero del año pasado e involucró un agujero negro de aproximadamente 9 veces la masa de nuestro Sol, que chocó con una estrella de neutrones poco menos del doble de la masa de nuestra estrella.
El segundo llegó el 15 de enero e involucró a un agujero negro seis veces más masivo que nuestro Sol y una estrella de neutrones que tenía 1.5 masas solares.
Cuando llegaron a la Tierra, fueron detectados por los instrumentos Ligo y Virgo, que están esparcidos por la Tierra para estar atentos a las ondas gravitacionales.
“Ahora hemos visto los primeros ejemplos de agujeros negros fusionándose con estrellas de neutrones, así que sabemos que están ahí fuera”, celebró Maya Fishbach, becaria postdoctoral de la Nasa Einstein, parte de la Colaboración Científica Ligo, y coautora de la investigación.
Las incógnitas siguen siendo amplias.
“Pero todavía hay mucho que no sabemos sobre las estrellas de neutrones y los agujeros negros: qué tan pequeños o grandes pueden llegar a ser, qué tan rápido pueden girar, cómo se emparejan en socios de fusión. Con los datos de ondas gravitacionales futuras, tendremos las estadísticas para responder estas preguntas y, en última instancia, aprender cómo se fabrican los objetos más extremos de nuestro universo”, estimó Fishbach.
Información de www.excelsior.com.mx