En el marco del día del padre, haciendo un ejercicio cualitativo en redes sociales, podemos identificar un amplio contenido de felicitaciones y buenos deseos para una figura considerada como proveedora, protectora, ejemplo de esfuerzo y líder en el hogar. Por otro lado, se muestran publicaciones que sin censura manifiestan un lado desfavorable: la paternidad no ejercida, no validada, al padre ausente, una madre que funge como mamá y papá (3 de cada 10 mexicanas se hacen cargo solas de sus hijos e hijas), y una diversidad de textos que exponen la falta de acompañamiento y el abandono de la figura paterna a hijos e hijas en edad temprana la cual oscila entre los 3 y 7 años.
Dentro de la literatura de crianza a hijos varones, asunto que en esta columna atenderemos, existe un crecimiento de aportaciones teóricas y empíricas ya que una crianza amorosa y presente desde la paternidad impacta de forma favorable en una sociedad hipermasculinizada, con números cada vez más elevados de madres solteras a cargo de hijos e hijas, y de un falso acompañamiento por parte de los varones que dentro del contexto de la pandemia quedó en evidencia: “lo hago todo yo sola!”. Un punto muy importante de la maternidad en nuestro país es que se considera dominante y dejamos las mujeres poco espacio y oportunidad a los hombres en la toma de decisiones con respecto a la crianza, tema que abordaremos en otra oportunidad.
El psicólogo Steve Biddulph en su libro Educar Niños destaca la importancia del acompañamiento de un hombre en la vida de un niño, señalando que en términos óptimos este tendría que ser su padre biológico pero que en la ausencia de este, el lugar podría ser ocupado por un maestro, un abuelo, un tío, la pareja de la mamá, incluso un entrenador de fútbol, en el que el niño confíe y tenga una relación afectiva y este presente de forma cotidiana.
Dentro de las actividades que la figura paterna puede realizar con un hijo varón se recomiendan las siguientes:
• Realizar juegos movidos y divertidos con su padre: jugar a luchar, hacer cosquillas, ayuda a que los niños midan su fuerza y desarrollen la capacidad de regular el juego no violento, también aprenden que su cuerpo es vulnerable, y el cuerpo del padre también. Explicar cuándo el manoteo salga de control y lastime.
• Los niños disfrutan escuchar historias de vida, conocer a los amigos de su papá, saber cómo se gana la vida, qué hace durante el día.
• Que el papá les enseñe cosas: compartir con ellos su conocimiento sobre habilidades, armar y desarmar un abanico, pescar, explorar y descubrir cosas juntos. Sin duda al hacerlo los niños observan y aprenden las actitudes del padre ante el fracaso y el éxito durante la actividad, el manejo del temperamento y el uso de la creatividad.
• Manifestación de tus sentimientos: los momentos de miedo, tristeza, enojo y felicidad de su padre, son una oportunidad de aprendizaje en cuanto a no perder la calma, poder recuperarse de un mal momento, o demostrar la felicidad, la tristeza y el amor sin pensar que “es cosa de niñas” pues las emociones no tienen genero.
Estadísticamente, el impacto de la ausencia de la figura paterna en la vida de un niño se puede observar en la adolescencia, ya que el porcentaje más alto de jóvenes violentos y con deserción escolar muestra una coincidencia en aquellos que no tuvieron un padre presente o un acompañamiento cercano de un hombre. Si bien las mujeres ocupamos un espacio único en la vida de los hijos varones, hay una recuperación de la autoestima, el cuidado personal y autoconcepto favorable cuando el padre participa en la crianza.
No debemos olvidar que durante el desarrollo de la niñez, el aprendizaje se da por imitación, un niño observa al padre desde la postura hasta el trato que le da a las personas que le rodean, no solo imitará sus movimientos sino sus actitudes, si eres un padre quejumbroso, que se expresa negativamente, que encuentre aburrido jugar con una mascota, sin duda la percepción de tu hijo sobre la vida y su entorno será muy diferente a la de aquel niño con un padre que le motivaba a jugar en el parque, trata de solucionar los conflictos, se dirige con respeto a sus amistades y sobre todo a su madre.
La paternidad da a los hombres la oportunidad de participar en una crianza amorosa, compartida y comprometida en la formación de hijos resilientes, sensibles con su entorno, y dentro de su grandeza e importancia ayuda a contribuir en el desarrollo de adolescentes y adultos pacíficos, responsables, respetuosos y comprometidos con su persona, su familia y su comunidad.
Dedicada a RVA, quien ejerce una paternidad amorosa y responsable.