“Los labios de la Sabiduría están cerrados, excepto para los oídos del Entendimiento” (Kybalión).
Hoy vamos a hacer una primera aproximación a un tema milenario, que es tan profundo como cada quien lo quiera estudiar, que se consideraba en aquel entonces y hoy tiene gran influencia en el manejo y control de la vida humana.
Sabiduría que los maestros de aquellos tiempos proporcionaban a quienes consideraban estaban preparados para participar en el gran saber que se iba acumulando en la tierra.
Destacaban personajes como Hermes Trismegistrus (que significa tres veces grande o tres veces maestro) y que entre sus atributos era considerado como el padre de la sabiduría y descubridor de la alquimia, y se estima que es contemporáneo de Abraham.
Como enseñanzas fundamentales consideraban que quien estaba preparado era capaz de desarrollar y aplicar estos siete principios: mentalismo, correspondencia, vibración, polaridad, ritmo, causa y efecto y género.
Describirlos nos ocuparía algo de espacio, pero si podemos mencionar que el principio del mentalismo describe al mundo o universo como una creación mental del todo, sujeto a las leyes de las cosas creadas y que el universo, como conjunto y en cada una de sus partes o unidades, tiene su existencia en la mente del todo, en cuyo interior “vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
Por lo que se consideraba entonces y sigue vigente hasta hoy, que quien posee el conocimiento y el manejo de estos siete principios fluye más fácilmente en el ritmo de la vida.
Interesantes y fuertes principios de vida, que sin duda el conocerlos pueden ser facilitadores para transitar y mejorar como humanos, pero es importante señalar que el conocimiento sin el uso y expresión es una cosa vana y no trae ningún bien a quien lo posee.
Información que ahí ha estado por siglos y que antes era solo para unos cuantos, hoy ya la tenemos al alcance de todos y cada vez es del dominio de mas personas.
Por lo que transitar por la vida es mas sencillo de lo que nos imaginamos si utilizamos correctamente la sabiduría milenaria que hoy en palabras sencillas la podemos describir.
Hoy podemos razonar con el principio de correspondencia desde lo conocido hasta lo desconocido, entendiendo que como es arriba es abajo.
Cambiar las vibraciones de odio a las vibraciones de amor, al conocer que todo esta en movimiento, que todo vibra, movernos con el ritmo de la vida en vez de convertirnos en víctimas, reconocer que no existen casualidades, que todo tiene un origen una causa.
Que lo bueno y lo malo es real al reconocer que todo tiene polos, todo tiene opuestos y que los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grados, que los extremos se encuentran y que todas las verdades no son sino medias verdades y que el género se manifiesta en todos los planos con un principio masculino y uno femenino.
“cuando los oídos del estudiante están listos para oír, entonces vienen los labios a llenarlos con Sabiduría” (Kybalión)