Una dura verdad. El amor se confunde con dar y permitir. La culpa secuestra el diagnóstico. La fe se malversa con fantasía. La oración se hace desde la conveniencia y no desde la voluntad de Dios.
La familia olvida que el dependiente manipula, miente y agrede solo por la siguiente dosis.
La familia pierde su dignidad por un amor enfermizo y deja de ver la realidad que todos ven.
Escribo con mucho respeto pero directo, a esto me dedico, viví el proceso como familia y no es un juego.
Muchos adictos no darán el paso mientras sus familias no los ayuden con sabiduría, lo he dicho antes en algunos casos, repito, en algunos casos la mejor ayuda es no ayudar. En otros casos hay que levantar a los hijos desde el piso e ir a buscarlos a los tiraderos o hasta el fondo del infierno si es necesario para rescatarlos, en otros casos solo nos queda la oración.
¿De qué depende?
Edad, historia de consumo, situación familiar, disponibilidad del paciente, riesgos actuales, etc.
Este mensaje vale $600 pesos, lo que cuesta una consulta promedio en el psicólogo. Consultas que no he cobrado en 9 años.
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Sinceramente: Tato Balderrama