Sus rostros han dado la vuelta al mundo desde que irrumpieron en el Capitolio el miércoles, fotografiados con los pies sobre el escritorio de una congresista, desfilando con una bandera confederada o sentados en la oficina del presidente del Senado.
¿Quiénes son estos partidarios de Donald Trump, tan embriagados en la retórica del presidente que fueron capaces de sembrar el caos en el Congreso estadounidense?
Muchos ya han sido identificados, incluida la mujer que resultó herida de muerte. A continuación, los principales elementos recogidos sobre algunos de ellos, la mayoría activos en las redes sociales.
Richard Barnett, el que se sentó en el escritorio de Pelosi
Originario de Arkansas, este sexagenario con un fuerte acento sureño irrumpió en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.
“Es mi oficina. Yo soy un contribuyente. Soy un patriota. No es su oficina. Se la hemos prestado”
Es “mi oficina”, dijo el miércoles al canal local KFSM 5News. “Yo soy un contribuyente. Soy un patriota. No es su oficina. Se la hemos prestado”.
Conocido localmente por manejar un grupo de Facebook a favor de las armas, 2A NWA STAND, Richard Barnett afirma que se halló en esta oficina por casualidad. “Me empujaron aquí”, dijo, “cuando buscaba el baño”.
Apodado “Bigo”, el hombre dejó antes de irse una nota insultante dirigida a Pelosi.
Tras los acontecimientos en el Capitolio, Barnett sabía que posiblemente iba a ser arrestado. “¿Estoy asustado? ¡No! Pero la cárcel es una posibilidad”, dijo a los periodistas después de salir del edificio.
Jake Angeli, el de los cuernos de bisonte
Con el torso desnudo y una cofia amerindia con cuernos de bisonte, este “guerrero espiritual” -como se describe a sí mismo- atrajo como un imán a fotógrafos y camarógrafos de las cuatro esquinas del Capitolio.
“Somos patriotas, en el frente de Arizona, que queremos llevar nuestra energía positiva a Washington”
Originario de Arizona, Jake Angeli fue visto numerosas veces en las protestas pro-Trump en Phoenix de los últimos meses, vistiendo siempre su ahora famoso tocado.
Este treintañero se presenta como “un soldado digital de QAnon”, el movimiento conspirativo que ha hecho de Trump un héroe y que considera la intrusión del miércoles un triunfo.
“Somos patriotas, en el frente de Arizona, que queremos llevar nuestra energía positiva a Washington”, escribió en un mensaje publicado en diciembre en la red social favorita de los ultraconservadores, Parler.
Matthew Heimbach, el militante neonazi
Fotografiado junto a Jake Angeli, este hombre de 29 años, rostro redondo y anteojos sin montura es calificado por el Southern Poverty Law Center, un observatorio de grupos extremistas, como “el rostro de una nueva generación de nacionalistas blancos”.
Se le considera uno de los organizadores del mitin de extrema derecha en Charlottesville, Virginia, en agosto de 2017, al margen del cual una mujer fue asesinada por un simpatizante neonazi.
Adam Johnson, el del podio
Sorprendido por la cámara cuando se llevaba el podio de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, este treintañero que llevaba una gorra de Trump hizo un gesto amistoso al fotógrafo, todo sonrisas.
Fue rápidamente identificado como Adam Johnson, un residente de Parrish, Florida, según la prensa local.
Por el momento su esposa, una médica, es quien está pagando las consecuencias. Ahora los numerosos sitios que hacen referencia a ella están inundados de mensajes sarcásticos sobre el vandalismo del marido.
Ashli Babbitt, la mujer que murió
Fue la primera víctima conocida de la violencia del miércoles. Mientras intentaba atravesar una ventana rota en un pasillo del Congreso, la mujer recibió, a quemarropa, una bala disparada por un policía del Capitolio. Más tarde sucumbió a sus heridas.
Los Ángeles, 7 enero (EFE).- Las autoridades policiales de EU han identificado públicamente este jueves a las cuatro víctimas mortales del asalto al Congreso estadounidense, que terminó también con numerosos daños materiales y unos 50 detenidos.
Los fallecidos el miércoles fueron Ashli Babbitt, una mujer de 35 años residente en San Diego (California, EU); Benjamin Phillips, de 50 y de Ri (Pensilvania); Kevin Greeson, de 55 años, de Athens (Alabama); y Rosanne Boyland, de 34 años, de Kennesaw (Georgia).
Así lo anunció el jefe del Departamento de Policía Metropolitana de Washington D.C., Robert Contee III, en una conferencia de prensa en la que no dio detalles sobre las circunstancias específicas de las muertes.
En el caso de Babbitt, la mujer de San Diego murió después de recibir un disparo de un agente de la Policía del Capitolio de EU, de acuerdo con un comunicado de ese cuerpo policial, que se encarga exclusivamente de la seguridad del propio edificio y los colindantes, propiedad del Gobierno.
“Se brindó asistencia médica de inmediato y la mujer fue trasladada al hospital, donde más tarde sucumbió a sus heridas”, agregó la Policía del Capitolio.
La licencia del agente que acabó con la vida de Babbitt, cuyo nombre no ha trascendido, ha sido suspendida hasta el fin de la investigación del suceso por parte de la misma Policía del Capitolio y la Policía Metropolitana de DC.
De acuerdo con varios videos difundidos por las redes sociales, Babbitt trató de entrar en una zona del Capitolio a través de una ventana rota, flanqueada por otros miembros de la insurrección y fue entonces cuando el policía apretó el gatillo, terminando con su vida de un solo disparo.
Según los medios locales de California, esta mujer era veterana del Ejército estadounidense, libertaria, ferviente seguidora del Presidente saliente, Donald Trump, y partidaria de la Segunda Enmienda, que protege el derecho a portar armas.
El día antes de su fallecimiento, Babbitt aseguró en Twitter que “nada” detendría al movimiento de apoyo de Trump.
“Nada nos detendrá. Pueden intentar y tratar de hacerlo, pero la tormenta está aquí y descenderá sobre DC en menos de 24 horas”, escribió en su cuenta personal.
Babbitt fue la primera víctima mortal confirmada de la insurrección al Capitolio de EU, que obligó a aplazar las sesiones de la Cámara Baja y el Senado para certificar el triunfo del Presidente electo, Joe Biden, en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
Después de casi cuatro horas de asalto, y con todo tipo de destrozos en los hemiciclos y oficinas del Congreso, los legisladores de ambos partidos consideraron importante retomar la misma noche del miércoles la sesión que interrumpió el inaudito hecho en Washington.
De cerca de treinta años, californiana, conspirativa y “libertaria”, según su cuenta en Twitter, Babbitt creía que la marcha a favor de Donald Trump en Washington sería como una “tormenta” que sacaría al país “de la oscuridad”.
Información tomada de www.informador.com.mx y www.sinembargo.mx