Por Karla Acosta, Leonardo D. Medina y Sebastián Palma
Con el sonido de la alarma da comienzo cada día, con el cuerpo cansado, la mente saturada entre los mismos rincones de tu casa durante meses. Enciendes tu monitor, vas a buscar algo para desayunar y regresar a tomar tu primera clase.
Por redes sociales, muchos describen así sus mañanas: hablar de pantallas, de problemas de conexión, fotografías, memes, redes sociales y a tus compañeros haciendo bromas dentro de las plataformas para tomar clase. Cuando comenzó el 2020 nadie esperaba que “ir a la universidad” significaría estar en tu computadora.
Un tema recurrente, al comenzar el semestre por allá de agosto parecía una broma inocente. “Daré de baja el semestre”, “No estoy listo para este semestre”, “Encenderé mi computadora para abrir la clase pero iré a dormir”, parecía el chiste que la comunidad escogió para reír durante un par de semanas; tan efímero como todo en plataformas digitales.
Los meses pasaron y compañeros continuaron en conflicto. Instagram inundado por estados de estudiantes grabando sus inconformidades. Porque sus maestros no saben usar una computadora, porque no son accesibles, porque su carrera no es compatible, porque están tan ocupados haciendo tareas que están olvidándose de la parte en la que aprenden.
El tiempo ha dejado claro que se trata de algo grande, algo importante. Una inconformidad extendida entre universitarios de toda la ciudad, quizá de todo el país. La curiosidad por entender lo que pasa y la necesidad de explorar una situación ajena a cualquiera que no pertenezca al área educativa han hecho que sea imprescindible escuchar lo que estudiantes y maestros tienen que decir.
Inconformidad general
Los estudiantes se encuentran dispersos, cada quien en su contexto digital. Facebook e Instagram son los lugares perfectos para buscarlos, por lo que se levantaron algunas encuestas, 300 universitarios de diferentes estados y universidades se presentaron para dar su opinión y contar su experiencia. Se obtuvieron respuestas muy similares.
La mayoría de los encuestados considera que en la escala del uno al diez pondrían el nivel de aprendizaje de este semestre en un cuatro y un aproximado de 75% de los encuestados considera que las clases en línea no funcionan.
Sheyla dice que se siente muy cómoda con la modalidad online y aunque tardó, finalmente logró adaptarse. Alexa dice que como cualquier curso online, se le puede encontrar alguna utilidad. Daniela comentaba que depende del maestro y del estudiante, pero en general su experiencia fue muy positiva con las clases en línea.
Aun así, fue impresionante la cantidad de mensajes y experiencias que se recibieron comentando las diversas razones del porqué no funcionaron las clases online este semestre, pero siempre concluyen en lo mismo. Karina comenta que el tiempo no le alcanza y los profesores no se adaptaron del todo.
Además le falta motivación. Por su parte Marian dice que su área es enfermería, por lo que es una carrera práctica, en una computadora no se puede aprender en comparación a estando en un hospital y Julián dice que es mucha tarea, poca práctica.
Las experiencias eran muy parecidas entre ellas. Oscar comenta que los maestros no estaban siendo empáticos con las situaciones de los alumnos, Melissa simplemente dijo que no está aprendiendo. Alondra y Camila dicen que se distraen con el contexto de sus casas y no prestan atención a la clase, Grace dice que vive en un departamento con toda su familia, no tiene un lugar para poder hacer algo.
En general, se habla de desmotivación, se habla de falta de compromiso, distracciones, de maestros que no son empáticos y sobre todo, una gran inexperiencia de docentes y estudiantes ante esta realidad, inexperiencia que finalmente tornó al Zoomestre en una decepción para los estudiantes.
La voz del universitario
Ya hay un buen enfoque de lo que se está viviendo en las universidades, no sólo de lo que acostumbra aparecer en las redes. También de lo que se recibió como respuesta en las encuestas vistas anteriormente. Incluso con eso, es importante escuchar de la voz de universitarios qué es lo que están pasando al hacer la universidad dentro de las plataformas digitales.
Terminamos el semestre de panzazo
El presidente de la Organización No Gubernamental Juventud INCIDE, recalcó que en el semestre enero-mayo, nadie estaba preparado para esta nueva modalidad de estudio. En una mirada al futuro exploró el escenario de mudar en parte el plan de estudios para algunas materias y que sería más sencillo. Además, de la reducción del plan de estudios, lo que daría lugar a carreras más cortas.
Experiencia del docente
La vida estudiantil está separada entre quienes reciben el conocimiento y quienes lo imparten, los maestros también están en una situación diferente por lo que su experiencia es igual de importante para entender al zoomestre.
Jesús Moreno y Soledad Durazo dan clases en el Tecnológico de Monterrey y en la Universidad de Sonora, respectivamente. Sus colaboraciones sin embargo los hace un dúo muy dinámico que se expresa muy bien cuando tienen la posibilidad de dar sus opiniones en el mismo espacio.
“Pues como toda experiencia ha sido enriquecedora”, comenta Soledad sobre el tema del semestre online, “enriquecedora, y retadora, muy retadora” añade Jesús Moreno “para los estudiantes, para uno como docente y para las instituciones con la idea de tener las plataformas para la educación virtual y a distancia”, continuó “las instituciones debieron capacitar a maestros de distintas generaciones que quizá mal usan el celular o directamente no cuentan con uno, quizá no estaban tan acostumbrados a esa dinámica y tuvieron que meterse y tuvimos que meternos a esa dinámica”.
Soledad explica que fue una experiencia enriquecedora desde la perspectiva del uso de la tecnología para impartir la clase: “es una dinámica que no habías puesto en práctica, o si lo habías hecho, no en el nivel o intensidad en que aquí la vivimos. Fue interesante en ese sentido”.
Por la dinámica de las materias, Soledad Durazo contó que era necesario ver a sus alumnos, pero siempre eran reuniones de uno o dos de ellos a la vez, lo máximo que llegó a reunir fue a cuatro estudiantes al mismo tiempo.
La maestra miró a Jesús Moreno para contarle una anécdota “Me dio mucha risa por ejemplo, cuando conocí a uno de mis alumnos. Cuando lo veía en Zoom me lo imaginaba grandote y no, todo lo contrario. Cuando lo vi era muy chaparrito”, Jesús reaccionaba a la anécdota con una sonrisa y acompañando las risas de Soledad.
Soledad remarcó situaciones que inevitablemente se están viviendo “A veces la conectividad falló, a veces no podíamos estar todos con la cámara encendida o teníamos que estar todos con los micrófonos apagados o la cámara incluso. Es una dinámica con la que todos debemos ir aprendiendo”
“Sin duda uno de los asuntos que deja sobre la mesa la pandemia es la desigualdad. La famosa brecha digital, la desigualdad en materia de tecnología”. Jesús extendió su comentario profundizando en el comentario de Soledad sobre los problemas que rodean las clases en línea. Habla de alumnos y alumnas que tuvieron que irse a sus lugares de origen y tienen muchos problemas con la dificultad. “Los hogares se convierten en aulas” remarca.
Soledad Durazo toma la palabra remarcando situaciones que la enriquecieron mucho “Fue impactante para mí ver que una de mis alumnas estuvo los primeros días de clase recibiendo oxígeno” –¿Con Coronavirus?– pregunta Jesús Moreno –Con coronavirus– Afirma la maestra para continuar con sus anécdotas “una de mis alumnas se conectó rumbo a Navojoa porque iban al primer mes de fallecimiento de su hermano” La última situación que comenta Soledad es una conversación con una de sus alumnas:
–A ver Itzel, ¿Por qué no prendes tu cámara?
–Ay maestra, es que, despertó la niña
Soledad dice que su alumna estaba tomando la clase pero también pendiente del bebé, así que tuvo que ausentarse.
Soledad añadiendo el tema de la depresión, pues dice que muchos estudiantes y sus alumnos en particular, han buscado cómo canalizar sus sentimientos entre toda la situación de la pandemia.
“A mi muchas veces me han preguntado: “¿Es mejor o es peor estar online?”. Toma Jesús Moreno la palabra: “más cansado si resulta”, aclara respondiendo a la pregunta.
Continúa exponiendo problemas que se presentaron durante las clases. Habla de caídas del internet y de hacer “maromas” para poder tener una red estable. También dice que con las cámaras apagadas no sabes con quien estás hablando.
Platica con Soledad que tener experiencia en televisión los ayudó mucho a dar las clases “Hay casos de colegas maestros que le tienen pavor a una cámara. Yo en momentos me sentía como dirigiendo un programa de televisión”
Evaluaciones
“Complicado, está siendo complicado”, ambos respondieron a la vez cuando se preguntó cómo es el calificar a los alumnos en este momento. Soledad toma la palabra diciendo que en su caso particular, donde sus clases fueron personalizadas. Si no respondían a mensajes, a llamadas telefónicas, entonces era falta. “Luego vienen las explicaciones, es que me dio coronavirus, es que no tenía internet, es que papá o mamá dejó de trabajar y se restringieron los servicios en casa. Que evidentemente debemos partir de que son ciertos.”
El tema no estaba agotado y la vista de un maestro podía dar para más, por eso es importante la información que la maestra Rosa Elena Trujillo, académica de la UNISON sobre el tema.
Comenzó dando contexto del semestre pasado. La pandemia llegó de manera apresurada y tomó a todos desprevenidos, aunque fue algo que se tomó con optimismo, se esperaba que las clases virtuales sólo fueran de un par de meses y para el semestre siguiente (el que acaba de terminar este diciembre) volviéramos a la modalidad presencial.
“Debo reconocer que de acuerdo a experiencias que he escuchado de mis alumnos, muchos maestros no hicieron lo conducente, muchos no hicieron lo que tenían que hacer y creo que es uno de los errores o áreas de mejora en las que tenemos que trabajar los académicos”.
Continuó reconociendo que muchos maestros parten de la ocurrencia “Te lo digo porque lo veo, tengo una hija universitaria y veo como hay maestros que así como la chimoltrufia, cuando no dicen una cosa dicen la otra”.
Según sus palabras la situación requiere mucho trabajo de planeación y que muchos académicos dejen las “ocurrencias”.
La maestra dice que encuentra ventajas en todo esto “yo estoy encantada de trabajar así, me siento muy agusto”, también aclaró que a la nueva forma de trabajar se le puede encontrar un acomodo, sobre todo para los alumnos foráneos: “a los alumnos foráneos el estar trabajando en este contexto tecnológico ha significado poder continuar con sus estudios”
Entrando en el contexto, Rosa Elena dice que los estudiantes foráneos en algún momento entraron en conflicto sobre volver a clases, quizá sus padres perdieron el trabajo, les recortaron el salario “Muchos de nuestros estudiantes foráneos cuyos contextos de familia están vulnerados en términos económicos difícilmente podrían regresar a pagar una renta o manutención porque sus recursos económicos disminuyeron”
¿Qué deberían hacer las universidades cuando los alumnos regresen a las aulas?
“Debería estar la universidad preocupándose por tener todo un staff de generadores de contenidos para poder transitar hacia lo que necesitamos”
“Hay materias en las que la parte práctica es fundamental” comenta. Como maestra de la carrera de comunicación, entiende que para estudiantes de esa carrera la adaptación no ha sido tan complicada porque muchos de los aprendizajes en términos prácticos, de la carrera se hacen con programas digitales, pero otras carreras tienen más complicado el cambio a la digitalización.
Concluyó: “Yo no veo que las universidades públicas estén generando toda una estrategia para avanzar y poder regresar en el corto plazo”.
Según la opinión de Rosa Elena, hay que planear el regreso a clases, no se puede volver a como estábamos antes porque las aulas son pequeñas y los grupos numerosos pero reducir la cantidad de alumnos por grupo implicaría contratar a más personal, cosa que las universidades, y particularmente la UNISON, no pueden pagar,
Si el siguiente semestre será online también ¿Qué sigue?
A esta pregunta nos respondió comentando que ha recibido mensajes de alumnos preocupados por el qué va a pasar con sus estudios universitarios.
La universidad necesita buscar atender esta situación con los alumnos. Se está viendo una deserción escolar muy importante en todos los niveles educativos, no solo universitario y se debe a diversos problemas. “Es una deserción escolar que está vinculada a ingresos económicos, a la ausencia de conectividad e internet para estar a estos entornos…”
La maestra dice que hay que generar una red de apoyo, facilitar a los alumnos el acceso a dispositivos móviles pero también una forma de mejorar el desempeño de los académicos en ambientes virtuales.
¿Una red de apoyo?
Así es. Dinorah Minjarez, Presidenta de la Asociación de Representantes Estudiantiles de la Universidad de Sonora (AREUS), busca crear un vínculo entre la comunidad estudiantil y los representantes, con la finalidad de hacer valer los derechos frente a los Consejos Académicos y Divisionales.
El no tener acceso a un equipo de cómputo o conectividad a internet, retrasó el proceso de aprendizaje de los estudiantes y afectó el rendimiento académico de algunos compañeros, recordó. Tampoco los estudiantes tenían la posibilidad de presentar sus prácticas profesionales ni el Examen General para el Egreso de la Licenciatura, por ello la AREUS se movilizó para mejorar esta situación para quienes egresarán este diciembre.
Egresando en pandemia
Ya escuchamos las voces de alumnos que apenas inician o están a la mitad de su carrera universitaria, también los puntos de vista de los maestros sobre la nueva normalidad, pero hay estudiantes que están terminando su semestre con esta nueva modalidad y su voz es importante, porque comentan experiencias relacionadas a haber dejado la universidad de manera física para mantener estudios digitales, y ya no poder volver a ella como estudiante. Los comentarios pasan desde la tranquilidad de saber que sus maestros fueron comprensivos y didácticos con ellos hasta la tristeza de pensar que no pudieron despedirse de sus tutores y compañeros.
Una mirada psicológica
Los alumnos hablaron de desmotivación, de tristeza, de depresión. Los maestros comentaron el estrés, hablaron de angustia, de depresión y de tomar decisiones difíciles. Todos estos comentarios inevitablemente encaminaron la discusión a una zona que le concierne a la psicología, Denisse Rodríguez es neuropsicóloga clínica y además coordinadora del laboratorio de apoyo integral de atención a la comunidad de la Universidad de Sonora, ella tiene una muy buena idea de lo que está pasando con los alumnos en este Zoomestre, quien inicia diciendo que la modalidad online fue todo un golpe para los estudiantes, pues a diferencia del semestre pasado, éste se planeó por completo pensando en la modalidad digital.
“Siempre nos llegan casos de depresión, de ansiedad, de estrés, pero esta vez están encerrados físicamente y todo lo trabajamos online. Entonces durante el semestre hubo más peticiones en cuestión de apoyo a la ansiedad” comentó Denisse. También aclaró que no fue más pesado sólo para los alumnos, sino que también para los maestros “No por estar en casa se volvió la cosa más sencilla, todo lo contrario, los esfuerzos fueron todavía más grandes todavía este semestre por parte de los dos, de los estudiantes y de los maestros”.
Respecto al sentir de los estudiantes, comentó que muchos están enfocados en su bienestar y salud mental, ellos se encuentran en esa situación también y están en todo el derecho.
“Hay que entender que el miedo es normal ante una situación novedosa, pero esta situación novedosa es una crisis y la crisis tiene sus etapas” Aclaró que ante la situación que se está viviendo, con el aislamiento y el encierro, es natural tener momentos de ansiedad.
“Yo creo que los estudiantes tienen mucho temor a eso, ¿qué va a pasar con lo que sigue? ¿Qué sigue? Ya no sé si esto que estoy estudiando me gusta. Claro también hay dudas sobre las carreras que están estudiando, todo se cuestiona sobre las crisis”, puntualizó.
Cuando se le preguntó a la maestra cómo lo han pasado los maestros con la situación actual del semestre, le fue inevitable reír mientras respondía “Los maestros lo hemos pasado muy mal también” Ella aclara que como trabajadores, ellos están obligados a estar ahí y les están pagando por ello, así que el estrés es diferente. “Tenemos maestros con ansiedad, tenemos maestros con crisis también” Dejando en claro que tiene que ver con el cambio a lo virtual, no todos los maestros están acostumbrados a lo digital. Incluso hay maestros ya con síntomas depresivos.
La Dra. Mariel Montes es experta en formación docente, tecnología y salud. Ella ha tenido de frente los problemas que la pandemia ha presentado para la educación y para el semestre online, por eso tiene un claro enfoque de lo que ha pasado con docentes y alumnos durante el Zoomestre.
“El primer problema que hubo fue el equipamiento” dice la doctora. Pues al iniciar el semestre de manera digital, se hizo evidente que una cantidad importante de estudiantes carecían del equipo para poder entrar a sus clases, por eso se trató de un problema importante para poder dar inicio el semestre e incluso durante el transcurso de este.
Importante señalar el dato de la deserción de los estudiantes, así como los problemas psicológicos que se sufrieron por estudiantes y profesores. Aumento de estrés, casos de depresión que han aumentado, pero son más relacionados al miedo a la perdida que a los problemas académicos.
La doctora Mariel hace un importante comentario al hecho de que quizá, sea importante catalogar a los maestros según su grado de riesgo para poder determinar quienes podrán regresar a trabajar antes, incluso la posibilidad de trabajar un panorama hibrido en el que algunos profesores se mantendrán por internet y otros pudiendo volver regresar presencialmente.
Dejó en claro que en enero vamos a volver al Zoomestre, sin embargo no habrá mucho caos porque el paso de vacaciones a clases ya se vivió en las vacaciones de verano. Alumnos y maestros están preparados pues ya tienen experiencia, por su parte las instituciones están listas para un nuevo sistema digital.
“Ya había alto consumo en las pantallas, pero ahora es obligado” aclara la doctora sobre el problema que se debe trabajar respecto al nuevo sistema de clases.
Lamentablemente las universidades aún no pueden dar cifras concretas sobre la deserción escolar o la asistencia psicológica que han dado, pues el semestre no ha concluido en materia extraordinaria. Sin embargo la Doctora Mariel Montes nos proporciona datos generales que dan muy buen vistazo a lo que ocurrió durante este semestre.
“El estrés académico asociado a la pandemia se ha incrementado, en la Escala de Afrontamiento del Estrés Académico, muestra una disminución en la motivación y en el rendimiento académico con aumento de la ansiedad y problemas familiares, específicamente las cifras aumentan más en aquellos estudiantes de menor recurso económico”
¿Cómo mejorar el siguiente Zoomestre?
Está claro que el Zoomestre fue una experiencia muy complicada para quienes se desarrollan en el ámbito académico, no sólo los alumnos la pasaron mal, también los maestros sufrieron de una saturación intensa y de muchos problemas relacionados.
Es inevitable que el siguiente semestre comience online, quizá sea el semestre completo así. Por eso es muy importante escuchar cualquier tipo de consejo que hable sobre cómo poder sobrepasar la situación.