Hermosillo, Sonora.- Las personas suelen asociar a los zopilotes con la muerte, vibras negativas o el anuncio de que algo malo está por suceder. Lejos de ello, estas aves ayudan a deshacerse de animales muertos y benefician al limpiar los ecosistemas.
En Sonora se encuentran dos especies: el zopilote negro y el zopilote aura. No tienen plumaje en su cabeza y el pico es largo, como si se tratara de una especie de máscara superpuesta en el rostro.
Carlos González Sánchez, biólogo egresado de la Universidad de Sonora, señaló que se desconoce la cantidad de ejemplares en la entidad, no hay un censo o monitoreo continuo, pero se pueden detectar las zonas donde hay mayor avistamiento.
Lo que sí se sabe, es que son animales muy importantes para mantener un ecosistema sano, puesto que al ser carroñeros comen cadáveres frescos de animales, en ocasiones antes de que lleguen las moscas y dispersen bacterias por todas partes.
“Comen animales que murieron no hace mucho tiempo, así que si están en un proceso de putrefacción muy grande, puede que lleguen moscas y que se logren transmitir enfermedades.
Pero siempre se les ha conocido -a los zopilotes- como los recolectores de basura del mundo animal. No sé qué tan acertado sea, pero sí son comedores de carroña y sobre todo se pueden observar comiendo sobre las carreteras”.
Jorge Francisco Ortiz Valenzuela, observador de aves y estudiante de Biología, comentó que algunos animales mueren enfermos y aún sin vida pueden contagiar a las personas, es así que los zopilotes, al comerse esa carne, evitan que llegue a suceder.
“Al alimentarse de carroña, libran de enfermedades. Algunos animales propagan esa enfermedad aunque ya estén muertos, pero los zopilotes y otros carroñeros se alimentan de esa materia en descomposición y eliminan el foco de infección.
Muchas veces, cuando un zopilote no consume esa carne, las que sí lo hacen son las moscas, lo que provoca que esa población -de moscas- crezca”, dijo.
Los zopilotes tienen el sentido del olfato tan bien desarrollado, que incluso pueden detectar alimento a una distancia de 2 kilómetros, aproximadamente; comen animales muertos, a veces polluelos vivos y también vegetación descompuesta.
Algunas personas los apedrean, los matan o simplemente les molesta su presencia porque consideran que son “aves de mal agüero”, es decir, que anuncian que algo malo está por suceder, aunque se trata sólo de creencias sin fundamento científico.
Si llegan a desaparecer, para empezar, el humano se perdería de la presencia de una de las especies más interesantes, señaló González Sánchez, dijo.
Además de la ignorancia o el desconocimiento de la importancia de esta ave, otro de los factores que ponen en riesgo a estos animales carroñeros es que en los ranchos suelen envenenar animales muertos para erradicar a los coyotes, pero terminan matando zopilotes, comentó Ortiz Valenzuela.
Por ello, hizo un llamado a evitar esta práctica para no generar daño a esta y otras aves, “eso debería desaparecer, terminan dañando a los zopilotes y a otros animales carroñeros”, aseguró.
A pocos días de celebrarse el Día de Muertos y festividades relacionadas con Halloween, vale la pena replantearse las creencias o tradiciones que han generado un miedo irracional hacia animales que no tienen relación con la muerte o la maldad.
Al matar un zopilote, y cualquier otro animal solo por su aspecto o lo que se cree sobre estos, se ocasiona un daño al equilibrio ecológico.