La pregunta a manera de título viene a cuento después de leer ayer la declaración del presidente del Comité Científico que asesora al gobierno de Francia. El doctor Jean-Francois Delfraissy aseguró que la administración de Emmanuel Macron ha perdido el control del coronavirus y prevé un nuevo aumento de los contagios que pueden llegar a ser más fuertes que la primera vez.
Los pacientes contagiados en Francia ya ocupan 60 por ciento de las Unidades de Cuidados Intensivos. El continente europeo es nuevamente el epicentro global, su avance encamina a asumir estrategias más duras que las de hace siete meses como toque de queda y otras medidas coercitivas. Europa ha llegado a registrar más de 200 mil casos de Covid-19 diarios y se habla de 100 mil tan solo en el país del río Sena.
Acá, lo ocurrido en las sesiones en el Congreso el fin de semana, que provocó otra muerte de un legislador y contagiadero entre diputados y senadores, así como lo que vemos en nuestros círculos cercanos, donde el nuevo coronavirus alcanza a nuestros parientes y amigos con mayor facilidad, parece colocarnos en la antesala de lo que, muy lamentablemente está ocurriendo en el otro lado del mundo.
La primera experiencia de España y Francia durante el primer trimestre del año no fue suficiente para nuestro presidente ni para nuestros especialistas a fin de prepararnos de cara a esa primera ola de infectados en América, donde al llegar terminó siendo el epicentro de la enfermedad que ha provocado la peor crisis sanitaria y con ello económica de los últimos 100 años. Por ahora, el efecto volvió a territorio europeo, sin que eso signifique que se haya olvidado de nosotros, pero lo más seguro es que tardará unas semanas en retornar desde Europa con mucho más furia de lo que estamos enfrentando.
Tenemos una disputa en el país por los eufemismos empleados para simular que la pandemia tuvo un ascenso y ahora un rebrote (no puede rebotar algo que no ha caído). Tristemente no es todo. Frente a esa situación tenemos la muy mala suerte de estar en la picota de las elecciones más competidas en la historia de Estados Unidos, así como de México, en donde el tema de la pandemia es un botín entre quienes ostentan el poder y los que están en el lado opositor o viceversa.
Tras las fuertes críticas por la descoordinación entre el subsecretario de Salud, el hombre guía que lucha contra el coronavirus por haber aprobado las sesiones legislativas para sacar el proyecto que interesaba con urgencia al presidente López Obrador, ahora desde la cámara alta, del lado del grupo de Morena, buscan salir al paso con el argumento de que el Senado tuvo que sesionar el día 20 en la sede de Xicoténcatl porque el llamado bloque opositor conformado por el PAN, Mauricio Kuri; Geovanna Bañuelos del PT; Miguel Ángel Mancera del PRD; Dante Delgado de MC y Miguel Ángel Osorio del PRI, organizaron diversos colectivos para cercar al Senado e impedir la sesión para aprobar los fideicomisos.
En eso se gastan el tiempo los liderazgos políticos de nuestro país. Buscando deslindes no nos protegen de la pandemia. En vez de replantear la discusión sobre la estrategia contra el coronavirus, más cuando siguen apareciendo los errores de López-Gatell, quien por lo ocurrido en el Congreso debería de irse porque es la muestra de lo que pasa en el país: privilegian la agenda política y económica por sobre la salud. Además carga ahora con lo del subregistro de muertos en el sentido de que hay más de 50 mil fallecidos en lo que va de la lucha contra la Covid-19 que pudieran estar relacionados con dicha causa.
Eso no le está importando a los principales líderes del gobierno de la 4T ni del partido en el poder. El Consejo General de Salubridad, diseñado para atender la crisis, no tiene para cuando sesionar. Estamos frente al riesgo nuevamente de no tomar lecciones sobre lo que pasa en el otro lado del mundo y nos saldrá mucho más caro cuando la ola retache en cuanto a número de vidas y enfermedades, así como en lo económico.
UPPERCUT: La reaparición de gobernadores de la Alianza Federalista de ayer, vino más dura contra el presidente y organismos, miembros de la sociedad civil, sindicatos y otros grupos. El choque será más fuerte.