Zoila Muntané, artista plástica, atesora unas 2 mil Barbies. En su colección figuran ediciones exclusivas y, ahora, una nueva versión cadavérica dedicada al Día de Muertos, que algunos critican por monetizar la mayor tradición cultural de México.
Con vestido rosado y adornos típicos de la celebración del 1 y 2 de noviembre, la segunda edición del famoso juguete “conmemora a México, su fiesta, sus símbolos y a su gente”, señala el fabricante Mattel.
Se trata de una adaptación de la “Catrina” o “Calavera Garbancera”, creada por el caricaturista José Guadalupe Posada en 1912.
Pero sociólogos afirman que esta Barbie convertida en elegante esqueleto, con rasgos de la célebre pintora mexicana Frida Kahlo, no es más que otro caso de “apropiación cultural” con fines comerciales.
La Barbie Catrina “está relacionada con los flujos migratorios que ahora son mucho más marcados”, dice a la AFP Librada Moreno, socióloga y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Esta muñeca es “resultado de una hibridación cultural, entre lo que existe al otro lado de la frontera (en Estados Unidos) y lo que hay acá”, añade.
Los críticos de la “apropiación cultural” advierten un riesgo de distorsión de las tradiciones, símbolos y demás elementos transformados. Un punto de vista que choca con la libertad creativa.
Información tomada de www.excelsior.com.mx