Ciudad de México, 25 de octubre (SinEmbargo).– La vacuna contra COVID-19 de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, ChAdOx1 nCoV-19 (también conocida como AZD1222), ha arrojado resultados satisfactorios acerca de seguir “con precisión” las instrucciones genéticas programadas por el equipo de científicos de la Universidad, así como la inducción de una “fuerte respuesta inmune”, informó Oxford a través de un comunicado.
De acuerdo con el texto, la vacuna ha sido estudiada por expertos de la Universidad de Bristol e implica el “análisis más profundo de cualquiera de los candidatos a la vacuna contra COVID-19, yendo significativamente más allá de cualquier requisito regulatorio en cualquier parte del mundo”.
El estudio evaluó la frecuencia y precisión con las que la potencial vacuna copia y lleva a cabo las instrucciones genéticas especificadas en ésta, las cuales incluyen cómo producir la proteína Spike del SARS-CoV-2.
ChAdOx1 nCoV-19 se elaboró a partir de un virus del resfriado común (adenovirus) de chimpancés, eliminando el 20 por ciento de las instrucciones genéticas contenidas en el virus, proceso que impide su replicación o infección en seres humanos, pero permite su producción en laboratorios.
A partir de esta supresión, el virus cuenta con espacio para recibir nuevas instrucciones relacionadas con la proteína Spike y, una vez se encuentra en el organismo humano, se lleva a cabo un proceso conocido como transcripción, en que las instrucciones genéticas de la proteína Spike se “fotocopian” muchas veces.
De esta forma, el sistema inmunológico detecta la proteína del virus y reacciona en consecuencia, pre-entrenándose para una infección real de COVID-19.
El comunicado explica que los adenovirus han sido utilizados en la creación de vacunas desde hace muchos años, sin embargo, y gracias a la tecnología de secuenciación genética, la investigación de la Universidad de Bristol ha podido verificar, por primera vez, “miles y miles de instrucciones ‘fotocopiadas’ dentro de una célula”, validando una correcta y precisa copia de las instrucciones genéticas insertadas.
“Este es un estudio importante, ya que podemos confirmar que las instrucciones genéticas que sustentan esta vacuna, que se está desarrollando lo más rápido posible de forma segura, y se siguen correctamente cuando ingresan en una célula humana”, declaró el Dr. David Matthews, de la Universidad de Bristol y líder del estudio.
“Hasta ahora, la tecnología no había podido proporcionar respuestas con tanta claridad, pero ahora sabemos que la vacuna está haciendo todo lo que esperábamos y eso es una buena noticia en nuestra lucha contra la enfermedad”, dijo.
Por su parte, la investigadora Sarah Gilbert, directora de los ensayos de la vacuna de la Universidad de Oxford, indicó que “el estudio confirma que se producen grandes cantidades de proteína Spike de coronavirus con gran precisión, y esto explica en gran medida el éxito de la vacuna para inducir una fuerte respuesta inmune”.
Actualmente, esta vacuna se encuentra en ensayos de Fase 3 y hace una par de días recibió el permiso de reanudación de estos ensayos en Estados Unidos, donde fueron pausados luego de que el pasado 6 de septiembre se presentara un informe que hablaba sobre una grave enfermedad registrada en uno de los voluntarios del estudio.
Recientemente también se informó del fallecimiento de un voluntario brasileño, pero se desconoce si realmente recibió una dosis de la vacuna o sólo un placebo, por lo que el país sudamericano no suspendió el ensayo.
El pasado mes de agosto, el Gobierno mexicano, Argentina y Fundación Slim informaron sobre un acuerdo para la producción y distribución de la vacuna en América Latina, excepto Brasil, país que ya cuenta con un trato respecto a este mismo fármaco.
Hace un par de semanas, México precompró 77.4 millones de dosis de la futura vacuna de AstraZeneca.