Aunque nació hace 25 años en Pinar del Río, Cuba, guarda en su corazón un profundo amor por México.
Es Randy Arozarena, pelotero sensación de los Rays de Tampa Bay, quien recientemente manifestó su deseo por usar la jersey tricolor en el próximo Clásico Mundial de Beisbol.
“Mi meta es poder representar a México en el siguiente Clásico Mundial. Para mí sería un gusto y un placer representar a la bandera”, manifestó.
Esta es la historia del nombrado Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Marginado de la Serie del Caribe 2015, debido a que los directivos de Vegueros temían desertara en búsqueda del sueño americano, el entonces elemento de dicho equipo acababa de perder a su padre a causa de un envenenamiento por mariscos.
A sus escasos 20 años, el outfielder no lo pensó dos veces y se trasladó en bote alrededor de 927 kilómetros hacia Isla Mujeres.
Ya en territorio mexicano, en 2016, Arozarena jugó con los Toros de Tijuana de la Liga Mexicana de Beisbol y con los Mayos de Navojoa de la Liga Mexicana del Pacífico.
Posteriormente su sueño se le cumplió, cuando en julio de ese mismo año firmó contrato con los Cardenales de San Luis, por 1.25 millones de dólares, con quienes debutó en las Mayores.
Tras 19 juegos, el cubano fue transferido a Tampa Bay, y aunque no estuvo en el roster de Opening Day, logró subir al equipo grande y jugar 23 partidos. Ya en los Playoffs, ha creado revuelo en la liga al batear para .382, con 21 imparables, siete de ellos cuadrangulares, y 10 carreras impulsadas.
Las raíces de Arozarena en México están sembradas más allá de lo deportivo, pues su hija Lía nació en tierra azteca en 2018. Además, su hermano menor, Raiko, es jugador de futbol, quien juega como portero para Venados F.C. del Ascenso MX.
“Siento que represento a México. Tengo una hija en México y lo haría en su honor y por la parte de mi carrera que pasé en México y por todos los amigos que tengo en México”, declaró.
Con información de Récord y MLB.