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Fue todo...
Belén Abascal Gutiérrez tiene 36 años de edad, es originaria de Hermosillo, y como tanta gente tenía una cuenta de Facebook y otra de Instagram que utilizaba como pasatiempo.
Eso quedó atrás a partir de marzo de 2019 cuando su hijo Javier fue diagnosticado con neuroblastoma, un raro tipo de cáncer que afecta a los niños.
La madre encontró soporte y desahogo en las redes sociales, @RezaxJavier pues ha ido documentando cada parte de las situaciones familiares vividas a raíz de la enfermedad.
Esto no sólo la conectó con otras madres que estaban pasando por lo mismo, sino con la sociedad, quienes sin conocerlos se volvieron partícipes del proceso al enviar palabras de aliento, testimonio de experiencias similares y organizar cadenas de oración.
“Recuerdo que cuando empezó todo veía en Instagram historias de niños con cáncer, historias de lucha que me ayudaban a ver el camino que iba empezando, para mí compartir todo lo que ha pasado Javier es regresar un poquito de todo lo que hemos recibido”, dijo.
Neuroblastoma, una palabra rara
Belén explicó que Javier nació en 2017 y aunque fue un poco prematuro era un niño completamente sano y normal.
“Cuando tenía un año tres meses lo veíamos muy panzón, pero no me apuré, creí que no era urgente y que era porque le cambié la leche”, recordó la madre.
Sin embargo a ella y a su esposo Enrique se les hacía raro que siguiera así por lo que acudieron al pediatra, José Mario Turner Galán, quien rápidamente detectó que algo andaba mal.
“El doctor Turner siempre es muy bromista pero se le quitó lo alegre y se le desfiguró la cara tocándole la pancita”, dijo Belén.
Cuando el médico dijo “es algo serio” pensaron se trataba de una infección en los riñones y no de un cáncer del que jamás habían escuchado hablar de su existencia.
“Quiero que me contesten algo ¿creen en Dios?” les cuestionó el doctor y al contestarle que “si” comenzó a explicarles que se trataba de neuroblastoma, enfermedad que se tenía que tratar de inmediato pues el crecimiento era acelerado.
Mudanza, división familiar y redes sociales
Para el 8 de marzo -tres días después del diagnóstico-, Belén y su esposo tuvieron que irse de la ciudad pues en Phoenix, Arizona encontraron tratamiento para Javier. Sus tres hijos se quedaron en Hermosillo.
El niño recibía quimioterapia cada mes y permanecía internado una semana. El resto del tiempo presentaba náuseas, vómitos, malestar general y cualquier calentura era motivo de tener que regresar al hospital.
“Hubo muchos cambios en nuestra vida, jamás me hubiera imaginado salir de Hermosillo, o tener que vivir en un hospital”, recalcó la madre.
Fue en ese tiempo que decidió comenzó a documentarlo todo en video, fotografías y texto en los que narraba lo que estaba pasando desde la cuenta de Instagram RezaXJavier y su Facebook personal.
En esos meses fue sometido a varias cirugías en las que le quitaron las glándulas suprarrenales, parte de un riñón y parte de otro mientras continuaba con quimioterapia pues además tenía cáncer en los huesos.
Transplante de médula ósea, radiaciones e inmunoterapia
Para el 31 de octubre de 2019 el niño fue sometido a un primer transplante de médula ósea, operación que fue realizada en Los Ángeles. Tenía muchos síntomas, lo bañábamos tres veces al día para que no le ardiera la piel”, comentó Belén Abascal.
Una fuerte recaída los hizo regresar al hospital después de haber sido dado de alta y el 2 de enero de 2020 fue internado de nuevo para un segundo transplante de médula ósea y radiaciones.
“Fue difícil y más porque en marzo cuando empezó la pandemia abuelos y tías ya no podían venir a ayudarnos”, dijo.
Después de seis rondas de inmunoterapia -que es otro tratamiento para el cáncer- y al cabo de unos meses por fin los estudios arrojaron el diagnóstico que tanto estaban esperando.
“En septiembre en salió limpiecito en su biopsia, todo, ahora Javier corre de un lado a otro, se trepa para todos lados, va al baño y se viste solo, me ayuda preparando sus medicinas, me recuerda cosas como si se me pasa la hora del medicamento”, destacó.
Ya regresó a Hermosillo y la familia conformada por ella, su esposo Enrique y sus cuatro hijos de doce, diez, cuatro y Javier de dos años de edad vuelven a estar juntos.
Belén dice que el aprendizaje ha sido mucho y que el haber compartido cada fase enredes sociales no sólo sirvió para ayudar a otras mamás en el mismo proceso, sino como agradecimiento a tanta gente que sin conocerlos estuvo al tanto de la situación y con disposición de ayudarlos.
¿Qué le dejó además esta experiencia? El saber que conservar la alegría es algo esencial, que buscar un psicólogo es algo normal y que la familia y los amigos es lo más valioso que hay en la vida, finalizó.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo calificó como “todo un éxito” y algo “histórico” la inscripción de personas que buscan un cargo en el Poder Judicial.
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