Con información de CNN.
Debido al COVID-19, el cubrebocas se ha convertido en un artículo imprescindible para nuestras salidas, esto para evitar mayores contagios en la comunidad.
Si bien su efectividad se ha visto comprobada por expertos, un problema que se ha derivado de su uso cotidiano es el ‘maskne’, la unión de las palabras ‘mask’ (mascarilla en inglés) y acné.
Este padecimiento afecta sobre todo a las personas que sufren de piel grasa con tendencia al acné por el uso de cualquier tipo de cubrebocas, y otro sector que es más propenso a este problema es el médico, debido al uso de mascarillas del tipo N95, que tienen más cobertura.
Al usarse estos artículos por periodos prolongados, podrían provocar desde infecciones leves hasta úlceras, según explicó Rodrigo Loubies, dermatólogo y profesor asociado de Dermatología de la Universidad de Santiago de Chile.
Los especialistas explican que el ‘maskne’ es una afectación en el rostro que llega a generar espinillas y otros síntomas alrededor de nariz, labios, mentón y mejillas, áreas que precisamente cubre la mascarilla.
No obstante, otros factores derivados de la pandemia, como el estrés y la mala alimentación favorecen la aparición de los molestos brotes.
“La mascarilla en personas que tienen el cutis graso, tendencia acneica, dermatitis seborreica o rosácea, produce un aumento de temperatura en la piel. La temperatura de la piel puede aumentar hasta 3 a 4 grados. Eso genera mayor humedad y tiende a agravar los problemas de seborrea, acné, de rosácea, de dermatitis seborreica. Eso produce inflamación de la piel, la gente empieza a notar la cara más roja, a veces la aparición de espinillas o se inflama o se irrita esa zona”, describió Loubies.
Por ende, el exceso de humedad y de calor que se genera al respirar y hablar con el cubrebocas puesto, incrementa la producción de sebo y produce la inflamación.
“La mascarilla también puede irritar y obstruir el ducto de salida de la unidad pilosebácea, alterar la composición de los lípidos cutáneos y desequilibrar la microflora bacteriana del rostro”, agregó la dermatóloga de Clínica Bupa Reñaca, Lybeny Rivera.
En cuanto al tratamiento, este dependerá de la gravedad del caso.
“Si es leve o moderado, puede responder al uso nocturno de cremas que contengan muy bajas concentraciones de ácido salicílico o agentes antimicrobianos y queratolíticos. Si es un acné más severo, va a requerir la evaluación médica y probablemente añadir terapia sistémica como antibióticos u otros fármacos”, dijo Rivera.
Loubies recomendó a las personas que sufren de estas patologías visitar un dermatólogo para ofrecerles un remedio lo más pronto posible, puesto que la prevalencia del coronavirus hará que se mantenga el uso del cubrebocas.
Noticias México
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