Territorio Yaqui
Resulta obligado abordar el tema de la frágil seguridad pública en todo el territorio sonorense, obvio desde diferentes ángulos, muchos ya tan trillados que resultan odiosos, pero que son de singular importancia.
Muchas preguntas surgieron de los últimos acontecimientos de hechos delictivos ocurridos en Magdalena y Cajeme, principalmente, sin dejar pasar los que a diario ocurren en otras poblaciones de Sonora; Empalme y Guaymas por ejemplo; en dónde se escucharon, según testigos, disparos con armas de grueso calibre y que después se confirmarían en las noticias, al darse a conocer muertes, decomisos de armas, vehículos blindados y la detención de unos cuantos hombres convertidos en sicarios del crimen organizado, como presuntos autores de los hechos delictivos.
Desde diversos sectores de la población, expertos en temas de seguridad, empresarios, comerciantes, amas de casa, estudiantes, comunicadores, y muchos etcéteras, se apuntan varios factores, la falta de preparación de los agentes encargados de la seguridad pública de todos los niveles, la falta de equipamiento de las corporaciones policiacas para enfrentar la delincuencia en todos sus órdenes, los fracasos de las erróneas estrategias, la corrupción de quiénes dirigen las corporaciones policiacas, la designación de secretarios de Seguridad Pública Estatal y Municipal sin conocimiento de lo que es realmente la seguridad pública por compromisos políticos, entre muchos otras opiniones.
Luego surge el enojo de los ciudadanos de todos los rincones de la geografía sonorense, por el actuar tardío de las corporaciones policiacas para atender el llamado cuando se presentan los hechos delictivos, como Magdalena, donde luego de dos días de intensas balaceras, aparecen las corporaciones policiacas para anunciar que se realizan operativos para salvaguardar a los ciudadanos; sólo que después de que asesinaran en el fuego cruzado a un ex alcalde de esa población.
O en Cajeme, en donde a plena luz del día, en el centro de la principal cabecera del Municipio, Ciudad Obregón, asesinaran en un ataque armado, a un empresario de medios de comunicación y a un agente de la Policía Municipal, dejando herido a otro elemento; lo que originó que de inmediato que el Estado, saliera públicamente, a condenar el doble asesinato, y ordenar de ipso facto, la investigación y esclarecimiento de los hechos. También aquí causó el enojo de los ciudadanos, decenas de muertos en ataques armados en los últimos meses, miles en los últimos años, y sus investigaciones durmiendo el sueño de los justos. ¿Acaso las víctimas deben ser personajes conocidos para que sus muertes sean investigadas?, pregunta seria.
Dejan en claro que aquí si hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, si asesinan a un ciudadano común no se investiga, no se mandan operativos para esclarecer los hechos.
Lo realmente impactante y que sobresale peligrosamente es la forma en cómo el crimen organizado ha logrado ejercer el mando en los diferentes municipios de la entidad.
Claro que todos ya lo sabemos, pero no lo decimos, desde hace muchos años, la entidad se encuentra en manos del crimen organizado. A la gente ya no se le puede engañar, nadie cree en esos operativos que se realizan después de que los sicarios hicieran de las suyas y huyeran; y es que cuando la política invade a la seguridad pública todo se viene abajo.
Los cuestionamientos sobre a qué autoridad le corresponde actuar en los diferentes hechos delictivos no debería estar en discusión, que si el municipio, que si el estado, que si la federación; habría que preguntarles a quienes dirigen las corporaciones policiacas si conocen de sus atribuciones de acuerdo a lo que marca Constitución; pareciera que lo desconocen.
En atrás no muy lejanos el estado se hacía presente donde ocurrían los hechos, enfrentó a los delincuentes sin averiguar que eran o no del crimen organizado, y la historia periodística lo relata.
Hoy Sonora y los sonorenses nos encontramos indefensos, a diario ocurren enfrentamientos, ataques armados que dejan muertos, y nadie hace nada por detener la ola de crímenes. Ya es la hora en que la federación, el estado y los municipios hagan algo por sus ciudadanos, hacen falta verdaderos líderes en las corporaciones policiacas, conocedores de la problemática, para que puedan enfrentar a la delincuencia y nos devuelvan a los ciudadanos la seguridad que les demandamos. Salud.