Somos lo que hacemos de forma repetida. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito. Aristóteles.
Aunque el título tiene una mezcla de enunciado bíblico y psicológico, creo que para el objetivo de este articulo lo describe adecuadamente.
Bien dicen que para hacer cambios de hábitos y conductas en cualquier persona ésta requiere no nada más de buenas intenciones, sino sentir la necesidad de un cambio. Parece que el dolor físico aunado al malestar psicológico, hacen una combinación, única y potencialmente fuerte para el inicio de una nueva conducta, que para fines de este articulo lo denominaré habito.
Desde mi experiencia formal e informal, un hábito nace como un comportamiento repetitivo que se integra a la normalidad de la persona, aclarando que bien puede ser para fines positivos o de crecimiento humano, como también como un habito destructivo.
El proceso de formación de hábitos varía principalmente por:
- El punto de partida en el que estés
- Tus habilidades físicas y personalidad
- Tu estilo de vida y rutina diaria
¿En cuanto tiempo se instala un nuevo hábito en la persona?
En el común de los interesados y documentados en esta temática se dice que, en 21 días, los cuales para mí es difícil dar por sentado esta cifra, ya que no existe información científica suficiente para tal afirmación, y sobretodo porque las diferencias individuales tienen un papel fundamental, para poner fechas límites.
Reflexionando sobre este tema con la realidad que se nos ha impuesto en términos de acatar la cuarentena física en casa, se desprenden una serie de comportamientos saludables en todos nosotros y la sociedad en general; los cuales sería deseables que se transformaran en hábitos permanentes, los cuales comparto a continuación:
- Habito de Lavarse las manos; dicha conducta que al día de hoy nos la han repetido infinidad de veces, y que seguramente lo hemos venido haciendo por consigna más que por conciencia, representa una gran oportunidad de quedarnos con ese habito.
- Habito de la utilización del cubre bocas: si bien es una conducta pro saludable, tiene un inconveniente para generalizarlo en toda la población, lo cual no implica olvidarla sobre todo en aquellas situaciones donde la exigencia de la limpieza no tiene discusión, me refiero a los meseros, banqueros y toda aquella función que trate con cercanía al cliente, y muy especialmente a los vendedores de comidas rápidas que abundan en nuestra ciudad.
- Habito de mantener “Susanadistancia”, palabra exitosa desde la ventana de la mercadotecnia, y que, desde el punto de vista de la psicología, ratifica la necesidad indiscutible de que todos los seres humanos nos desenvolvemos mejor cuando la otra persona guarda una distancia limite ante nosotros, a este fenómeno se le denomina “distancia psicológica” donde el límite se establece y relaciona con el grado de comodidad entre los humanos y también se observa en la especie animal.
- Hábito de saludo como cortesía y manifestación de apertura para empatizar la relación.
Este hábito considero que es de los más difícil de regular, ya que culturalmente, el saludo y la manifestación de aprecio en nuestra comunidad va implícito el saludo de mano, el abrazo y el beso en las mejillas.
Este saludo que no es de nuestra cultura sonorense, sino que se fue incorporando como costumbre del centro del país, y esta a su vez por culturas como la Francesa y la Rusa, quedo incrustada en nuestra sociedad como un habito social imprescindible, tan es así que la ausencia de esta triada de salutación se considera una falta de cortesía y desconfianza. Es importante aclarar que este habito no es generalizable en todo nuestro estado, ya que hay comunidades donde el saludo se manifiesta de forma distinta como ejemplo el saludo de personas que viven en culturas como los pueblos, etnias, costas entre otras.
Considero que la salutación “debiera” transformarse en un habito saludable a través del incremento de conductas verbales más que físicas, o tomar experiencias exitosas como los países asiáticos donde el saludo significa respeto y este se manifiesta con una inclinación, y/o un saludo de manos ha, asimismo.
Finalmente concluyo mi artículo con dos aclaraciones pertinentes, primero las conductas aquí expuestas como formación de habitos va orientado a una mejor forma de relacionarnos saludablemente en lo general; y segundo esto no aplica para las interacciones e intereses en el área de la intimidad.