Hermosillo, Sonora.- Desde la comodidad de su casa, la psicóloga Natalia Navarro Laguna prepara las clases que impartirá en línea a sus pacientes con autismo, siempre acompañada de Nataly, su hija menor de 8 años.
Nataly, quien desde los 12 meses de nacida padece autismo, observa a su mamá enseñarle a sus alumnos a cómo responder un saludo, para que de esa manera los niños y adolescentes con esta condición socialicen poco a poco con los demás.
Mientras tanto, Natalia, su mamá, a través de su computadora está enfocada en que sus pacientes de 1 hasta 20 años, disfruten en esta cuarentena de sus actividades virtuales, pues eso los llevará a que se esfuercen y permanezcan motivados.
“Enseñamos tanto presencial como a distancia, es conocer específicamente cómo está el neurodesarrollo de estos niños en sus cinco áreas y enseñarles lo que les toca aprender en cada una de esas áreas.
Te pongo un ejemplo: en el área de socialización por ejemplo le toca aprender a responder moviendo su manita cuando alguien le dice “hola”, es decir, responder un saludo, eso le toca aprender”, abundó la psicóloga especializada en autismo.
Pero estas son solo algunas actividades laborales que realiza Navarro Laguna- quien también es fundadora del Centro de Atención y Capacitación para el Neurodesarrollo (Polea)- pues luego de impartir sus clases se dedica a pasar tiempo con su hija Nataly.
Natalia contó que desde que su hija era una bebé, comenzó a notar ciertos comportamientos atípicos en ella, como que no reaccionaba cuando le hablaba, lo cual comenzó a preocuparla.
Después de que Nataly fue diagnosticada con trastorno del espectro autista, Natalia se adentró en el mundo del autismo, al punto de especializarse aún más en este ámbito -pues ya había trabajado en un centro de equinoterapia- para tratar de comprender el comportamiento de su hija y ayudarla en lo que requiera.
“Entonces teníamos que estar estimulando a Nataly y lo que vimos es que cada hora de terapia, por más barata que me la dejaran al final era como que estar trabajando muchas horas a la semana, entonces lo que hicimos fue nosotros aprendemos…
Obviamente nunca la hemos dejado de llevar con sus profesionales, pero nosotros como papás qué podíamos estar haciendo, entonces de mi parte, ya tenía el perfil de psicología, pero salí de Hermosillo, irme a diferentes estados a capacitarme…
A certificarme y eso creo que fue ahorita que lo menciono de esta manera, creo que fue como mi mejor terapia en el sentido de empezar a comprender mejor lo que estaba pasando con mi hija y el empezarle a dar como este tinte profesional a lo que estaba sucediendo pues digamos que me ayudó a ver las cosas como en una justa dimensión e hizo para mi las cosas más fáciles”, abundó Natalia.
Para Natalia los días de angustia, preocupación y tristeza cuando su hija fue diagnosticada con autismo, se convirtieron en una nueva oportunidad para enseñarle a Nataly lo bonito de la vida y que a pesar de su condición, ella puede lograr lo que se proponga.
“Para mi ser madre es una experiencia maravillosa, no todos los días va a haber como algo de wow, gracias por tener hijos, siempre va a haber días en donde vas a decir, qué cansada estoy, qué padre fuera de llegar y simplemente tirarme a la cama y no saber mas de nadie, pero la mayor parte de mi día es qué padre y qué bonito tener estas personitas conmigo, a mi hijo y a mi hija porque son las personas que se convierten en tu principal motivación, las que más te importan y las que más quieres”, finalizó Natalia.