Por Roxana Fierros G.
El uso de cubrebocas ha iniciado un debate entre los profesionales de la salud, investigadores, médicos e instituciones gubernamentales. Mientras cada uno de ellos expone su punto de vista sobre si el cubrebocas puede protegernos del Covid-19 o no, al final, quienes terminan más afectados son la población, pues al encontrarse confundidos, corren el riesgo de contraer el virus por falta de información.
Pero el argumento a favor de esta medida es sencillo: el cubrebocas es una barrera física que ayuda a disminuir el riesgo de que los enfermos de Covid-19 contagien a otros. Quizás podrías pensar ‘¿las personas enfermas no deberían estar aisladas del resto?’. La respuesta es: sí, pero muchos de los casos no presentan síntomas de inmediato, por lo que es difícil determinar sí la persona está contagiada o no.
Múltiples estudios han indicado que los enfermos de Covid-19 no muestran síntomas sino hasta después de algunos días, y para entonces, ya han convivido con otras personas. Otros casos son asintomáticos, y son estos últimos los que han complicado el control de la enfermedad en el mundo.