Proyecto Puente
Nadie está preparado para una pandemia mundial. Vemos como países de Europa, Estados Unidos o Asia, quedaron rebasados en sus sistemas de salud para la atención y seguimientos de casos de COVID- 19. Es preciso dejar claro este punto.
Sin duda lo que nos ocurre nos llamará a replantear al sistema mundial de gobiernos. Pero no solo eso: También la convivencia entre los seres humanos, nuestros hábitos, relaciones comerciales, sanitarias. Todo se está moviendo.
Es prematuro saber y decir qué pasará. Apenas iniciamos. El pronóstico de Hugo López Gatell, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en México, una autoridad moral en la materia, es que en junio haya el mayor número de casos de contagios y defunciones. En agosto pudiera empezar a descender, y, posiblemente en octubre, terminar. “Es una epidemia larga”, dijo el funcionario federal.
Son escenarios y muy óptimos, si es que hacemos caso en replegarnos, en quedarnos en casa, en seguir los pasos sanitarios de aplicar 2 metros de distancia, no asistir a lugares conglomerados, lavarnos las manos, acudir al médico ante cualquier síntoma.
En estas circunstancias atípicas y de urgencia mundial en la que nos encontramos es bien recibido el Acuerdo Social por Hermosillo al que convoca la alcaldesa Célida López y al que se han sumado desde la gobernadora, Claudia Pavlovich, quien mostró sensibilidad en el tema en la gira de San Luis Río Colorado, al pedir humanismo al empresariado con los empleados, y su propuesta fue apoyada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Quiero enfocarme en este aspecto positivo del llamado a ayudar, ser empáticos, que hacen nuestras autoridades. No importa quién empezó: Lo que interesa es que hacia allá debemos de movernos todos.
¿Cómo podemos ayudar? El mensaje de Célida López toca fibras: “Quienes tengan la capacidad de donar alimento, condonar una renta, prorrogar colegiaturas, de no aumentar precios, de seguir pagando a sus trabajadores en esta contingencia, hacerlo como un acto solidario y humanitario”, dijo la munícipe. Hace un llamado a los diferentes sectores de la ciudad para organizarnos en torno a un acuerdo social que proteja la vida y la economía de las familias en la capital. Es momento de hacerlo en todos los ámbitos.
La maestra Sara Thompson, por ejemplo, al ver la dimensión de lo que viene, nos propuso una especie de programa navideño “Santa Clauss” por carta para que se haga una lista de las familias más necesitadas. Hay que tomarle la idea a Ernesto de Lucas de destinar los 102 millones de pesos de prerrogativas a las personas que menos tienen.
Es momento de empatía. De sacar adelante esto juntos. De ayudar al vecino. A la familia vulnerable. Desde la semana pasada propuse en Proyecto Puente y mis redes sociales: Crear un fondo contingente de ayuda. El empresariado sonorense tiene un área de oportunidad. Me consta que hay muchos que hacen filantropía de bajo perfil, que no les gusta que salga su nombre. Pero es en esta etapa donde tenemos que sacar lo mejor de nosotros mismos. Como lo está haciendo el padre Yaco Hurtado Puebla, que visita las colonias de Hermosillo para entregar despensas. Lo mismo hace el pastor cristiano Duane Grasma son sus brigadas: No ha dejado de apoyar a los más necesitados.
Celebro lo que se empieza a mover. No es momento de diatriba ni debate estéril. Es una oportunidad histórica de sacar lo mejor que tenemos como personas. De solidaridad. No habrá presupuesto público ni programa que alcance si la sociedad no hace conciencia de cómo ayudar. Ha quedado claro el papel de cada actor político en esta circunstancia. La historia juzgará su papel que juega y lo que aporta.
Es momento de tomarle la palabra a Célida López. Un mensaje que permeó en todos los niveles en medio de las medidas sanitarias y económicas que se tienen que tomar. Es momento de escuchar a la gobernadora Claudia Pavlovich que se ha tomado muy en serio este problema. Y de aceptar el llamado del presidente, Andrés Manuel, a ayudar al prójimo.
Hay que atender también el llamado de la organización “Hermosillo, ¿Cómo Vamos?” que invita a generar propuestas en beneficio social en este tema.
Aquí están las mías: Donar una despensa a una familia necesitada cada mes durante el tiempo que viene, generar una cadena de ayuda sin precedentes. Pueden llegar más medidas extremas que orillen a un confinamiento total. Si logramos sensibilizarnos vamos a salir adelante. Esto también pasará.
Hagamos un Acuerdo Social por Hermosillo, por Sonora, por México. Sí lo vale.